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Yolanda*, enfermera del Hospital ESE Cari, asegura que lo único que ha dejado la partida de Enilce López Romero es 'soledad', por lo menos, en el cuarto piso donde ella ejerce su profesión y donde permaneció desde enero de 2014 la ex propietaria de la casa de chance Uniapuestas.

'Solo han sido un par de días y ya no viene nadie por acá. Nada más están los nueve pacientes en las 16 habitaciones que tiene el pabellón', indica la mujer, vestida de un impecable blanco, mientras camina por los pasillos que conducen hasta la pieza 428, lugar que ‘la Gata’ acondicionó para su permanencia.

López Romero abandonó la noche del martes el Hospital ESE Cari de Alta Complejidad, centro asistencial en el que estuvo internada por orden del Inpec y en cumplimiento de una condena por homicidio.

Al llegar a la habitación, la empleada dice que siempre se tejieron muchas versiones en torno a la estancia que ella utilizó, incluso menciona que alguna vez escuchó decirle a 'alguien' en las afueras del centro asistencial que la empresaria había mandado a tumbar paredes, cambiar pisos y poner una caja fuerte empotrada en el baño.

'Apenas escuché eso le dije a la persona que todo era mentira, que lo único que ella había hecho era mandar a poner la puerta blindada de hierro que solo se abría desde la parte interior. Lo demás fue un somier que ella usaba para dormir, una nevera, un televisor de los ‘planitos’ y un WiFi (módem). No tenía muchas cosas, bueno lo esencial que tiene una casa común y corriente', cuenta Yolanda.

La puerta blindada a la que hizo referencia la mujer fue la que López Romero mandó a instalar en julio de 2015 para reforzar su seguridad, tras recibir el visto bueno del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec).

En aquel momento, una fuente oficial contó a este medio que la medida de seguridad surgió por petición de la defensa de López. 'Uno de los abogados aseguró que se estaban presentando amenazas muy serias contra la vida de la señora'.

Otro de los detalles que reveló ayer la enfermera fue que la habitación contigua a la de López Romero, es decir la 427, fue 'siempre utilizada por sus escoltas'. 'Allí se quedaban a dormir', anota la mujer.

Yolanda describió a estos hombres como de 'pocos amigos', pues 'siempre pasaban de largo por la estancia médica con comida o con algún visitante que tenía cita con la señora (Enilce López)'.

En la edición de ayer, EL HERALDO publicó la noticia 'Así fue el último día de Enilce López en el Hospital ESE Cari', nota alusiva a los momentos previos de la ‘Gata’ en el recinto del barrio Los Andes hasta que consiguió irse a su domicilio en el norte de Barranquilla.

En el texto se menciona que ‘la Gata’ recibió bien temprano la visita de una enfermera de piso, luego estuvieron en su habitación los médicos de la ronda y, posteriormente, fue sacada a su paseo matutino por la planta baja del centro asistencial, específicamente en una zona donde ella misma, según fuentes del hospital, pagó para que se construyera un jardín. El sitio, adornado con palmeras y otras plantas ornamentales como buganvillas y cayenas, era –según fuentes del hospital– una especie de ‘bálsamo’ para su encierro, aunque estuviese ubicado a escasos metros de la morgue. El jardín también está adornado con flamencos de cemento y una fuente.

Frente a ello, la enfermera afirma que sí fue ella (Enilce López) quien lo mandó a construir y que 'casi todos los días bajaba a ver cómo crecían sus matas'.

'Además de la puerta blindada, el jardín también quedó. Ahora lo que se hará es anotar en la lotería los números de las dos habitaciones que usó la ‘Gata’, de pronto la suerte nos acompaña', apunta Yolanda.

*Nombre cambiado