Los 1.70 metros de estatura de Cristián Bellón salieron a las 8:45 de la mañana de ayer del vehículo que lo trasladó desde la URI hasta el Centro de Servicios Judiciales para que se reanudaran las audiencias preliminares que habían comenzado el domingo pasado, pero que se suspendieron a pedido del acusado, quien esperaba por su abogado de confianza.
Y el jurista llegó. Jeison Manco López, de Medellín, lo acompañó hasta el escritorio de acusados de la sala 23 del complejo judicial. En el estrado adyacente lo esperaba el Fiscal 11 de la URI, Rodrigo Restrepo, presto para dar inicio a la audiencia de formulación de imputación de cargos, en la que el representante del ente acusador mostraría sus cartas, las pruebas que tiene en contra del presunto responsable del atentado en la Estación San José que dejó a cinco policías muertos y 48 más heridos.
El juez penal municipal con Función de Control de Garantías Ambulante Bacrim, Ricardo Méndez, tomó asiento y le otorgó la palabra a la Fiscalía a las 9:24 de la mañana para dar inicio a las diligencias.
'Cristian Camilo Bellón Galindo, nacido en Bogotá el 18 de julio de 1986, bachiller y estudiante de seis semestres de filosofía en la Universidad Pedagógica de Bogotá, actualmente desempleado...'. Así inició el fiscal Restrepo su argumentación.
En el transcurso de la audiencia, el representante del ente acusador leyó el testimonio que el imputado había dado en las instalaciones de la URI momentos después de ser capturado.
'Llegué de Bogotá el día 13 a disfrutar del Carnaval y a buscar trabajo en esta ciudad', leyó el fiscal la respuesta de Bellón.
'Vive en Soledad en una pieza, que tiene solo una colchoneta, que alquiló a 100.000 pesos en una dirección que no conoce, a una pareja que no sabe cómo se llama', parafraseó el fiscal Restrepo.
'Que usted salió de Soledad ese sábado para el centro de Barranquilla a comprar ropa y que cogió un bus y se bajó por unas bodegas de la calle 30 y empezó a caminar, porque todavía era muy temprano para llegar al centro, y que por eso iba pasando por la estación San José y ahí me capturaron de manera injusta porque yo solo iba caminando', continuó compartiendo la versión de los hechos del capturado.
'Admitió tener en su poder el radio Yaesu de telecomunicaciones que se lo había prestado un pariente lejano para buscar empleo como vigilante y que si iba a trabajar ahí tenía que comunicarse con un radio donde fuera a pedir las solicitudes de empleo y por eso lo tenía', finalizó.
Posterior a esto, el fiscal procedió a desmontar cada una de las justificaciones del imputado. La Fiscalía tiene un recibo de un pasaje de bus que demuestra que Bellón llegó procedente de Cúcuta.
En total, la Fiscalía conoce, a través de la libreta de apuntes que el capturado llevaba, que gastó $2.077.000. Entre los gastos se encuentra la compra de puntillas, PVC, goma, guantes de látex y uniformes.
$1.020.000 de este dinero fue gastado en tres radios que había comprado en un local de Fedecafé en conjunto con Jefferson Torres Mina. El comerciante que vendió los transmisores recordó a la pareja de hombres por la forma de caminar de Torres, que todavía se encuentra huyendo.
En conjunto con esto, fue visto, junto a Torres Mina, a 180 metros de la Estación unas horas antes y esto lo corroboran cámaras de seguridad que lo ubican en el lugar de los hechos tanto a él como a su cómplice, quien habría colocado los maletines con emblemas de la Policía cargados con 3.5 kilos de explosivos.
Torres Mina es buscado por la Interpol y, según el fiscal, fue visto 'rapado y caminando en Cúcuta, no se sabe con qué rumbo'.
El desmantelamiento de la coartada de Bellón terminó con dos preguntas del fiscal Restrepo: 'Si no tenía empleo como vigilante aún, ¿por qué llevaba el radio? Y, ¿con qué dinero venía a disfrutar del Carnaval?'.
Los delitos
Le fueron imputados los delitos de homicidio, tentativa de homicidio, ambos agravados y en concurso homogéneo y sucesivo, terrorismo agravado, fabricación, tráfico y porte ilegal de armas de fuego, municiones de uso privativo de las Fuerzas Armadas o explosivos, utilización ilícita de redes de comunicaciones, y maltrato animal agravado. A todos esos cargos, Bellón no se allanó.
Por estos delitos la Fiscalía manifestó que pedirá la máxima pena de 60 años.