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A las 6:25 de la mañana del 27 de enero, 59 policías forman una U alrededor del comandante de la Estación San José. 25 cuadrantes que se encuentran distribuidos en ocho Cais esperaban las previsiones del día con respecto a los eventos que se realizarían del Carnaval en el sector del centro histórico de Barranquilla.

A esa misma hora, Cristian Bellón Galindo, según la investigación que maneja la Fiscalía, pasaba en frente del parque, radio en mano, presionando en rápida sucesión uno de los botones laterales del aparato. Jefferson Mina Torres, observaba a pocas cuadras, expectante, hasta que la señal de su cómplice hizo efecto. Las detonaciones de dos bombas ensordecieron el barrio San José.

Los 3,5 kilos de explosivos que se encontraban en dos mochilas mataron instantáneamente a cuatro policías; uno más murió en el hospital, y 48 resultaron heridos, entre ellos una civil. Dos perros también resultaron víctima de la lluvia de perdigones, fuego y destrucción.

Pasaron 21 horas y 37 minutos, cuando otra carga explosiva en el CAI de Soledad 2000 estalló, dejando en su haber cinco uniformados y dos civiles heridos, además de graves daños en la infraestructura de la construcción ubicada en la carrera 11 con calle 44. Se presume que Jefferson Torres Mina habría colocado estos explosivos y los detonó por radiofrecuencia.

Esta cadena de ataques, que se atribuyó el Eln y que son objeto de investigación, fue planeada desde meses atrás por un grupo de cinco personas que hizo inteligencia, compró los instrumentos, armó las bombas, las colocó, detonó y huyó de la ciudad. Solo se conocen las identidades de Cristian Bellón, capturado, y Jefferson Mina, captado por cámaras de seguridad. También existe un retrato hablado de un hombre que habría colaborado comprando una moto y la hipótesis que los dos miembros restantes son de nacionalidad venezolana.

Así transcurrió la semana en Barranquilla que se convirtió en el epicentro de una crisis que ha puesto nuevamente en tela de juicio los procesos de paz en el país cuando el único luto que esperaba la ciudad era el de ‘Joselito’.

Inteligencia

La Policía manifestó que desde noviembre se han venido presentando los procesos de inteligencia por parte del grupo armado ilegal. No obstante, el primer rastro que se tiene de los integrantes de la célula del Eln es el testimonio de un hombre que vendió una moto a Jefferson Torres Mina. El pasado 29 de diciembre de 2017, el caucano, vestido con cadenas de oro y ropa de marca, cotizó una motocicleta Honda Dream Neo 2018, color negro-rojo-plata, en un concesionario del barrio San José.

Un día después retornó con un acompañante al establecimiento, de quien las autoridades han divulgado un retrato hablado y que se presume es natal de la costa por su acento, y pagó en efectivo la totalidad del valor de la moto: $3.250.000.

En la conversación con el vendedor, Torres Mina manifestó que no se sabía su dirección de residencia pero mencionó el barrio Villa Karla en Soledad como referencia.

El 4 de enero, Torres Mina volvió al negocio con el mismo acompañante y pagaron los papeles de la moto, equivalentes a $600 mil. Finalmente, el 11 de enero compraron dos cascos, cada uno en $220.000.

El 12 de enero a las 10:07 de la mañana, Jefferson Torres Mina vuelve a aparecer, esta vez fue captado por cámara de seguridad entrando a la Secretaría de Tránsito y Transporte de Galapa en compañía de un hombre que las autoridades aún no han podido establecer si es la misma persona de la cual ya existe un retrato hablado. El afrodescendiente de 26 años tramitó un duplicado de su licencia de conducción.

Se conoció en la audiencia de imputación de cargos por medio de recibos de la empresa de transportes que Cristian Camilo Bellón Galindo, llegó el 13 de enero a Barranquilla en un bus que venía desde Cúcuta.

Sin embargo, 18 de enero es el primer día en que se observa a Bellón Galindo. A través de los videos que registraron cámaras de seguridad de un restaurante de cadena en el barrio Manuela Beltrán, se puede ver al bogotano de 31 años y a Torres Mina haciendo compras. En sus brazos llevan los mismos cascos que seis días atrás Jefferson Torres había comprado en el concesionario.

Ese mismo día de enero adquirieron en un local de Fedecafé tres radios de comunicaciones, según el testimonio que rindió el vendedor a la Fiscalía. Gastaron $1.020.000 en tres radios según el recibo que fue presentado como prueba en la diligencia judicial. En el local de al lado compraron unas gafas oscuras. Ambos vendedores informaron a las autoridades que recuerdan a Torres Mina ya que tiene una forma particular de caminar, con un inconveniente en la pierna derecha que lo hace cojear.

Al terminar sus compras en el centro se acercaron a una ferretería en Soledad en donde compraron puntillas, PVC, goma, guantes de látex y uniformes. Con estos materiales habrían construido las bombas caseras.

Un investigador explicó en entrevista con este medio que 'el terrorista debió sacar dos cables de cada uno de los radioteléfonos para conectarlos a un detonador eléctrico y este, a su vez, iba pegado a la carga explosiva y a la metralla (trozos de hierro y otros metales)'.

El fiscal general de la Nación, Néstor Humberto Martínez dijo que Bellón ya tenía una anotación, en 2015, por vínculos con el Eln y que 'es una persona con conocimiento y manejo de explosivos', por lo que se presume que el bogotano fue quien preparó las cargas explosivas para los dos edificios de la Policía atacados. La pista de los sospechosos se pierde hasta la mañana del 27 de enero.