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Durante la audiencia de formulación de imputación de cargos de Dalila Duarte Martínez –que se llevó a cabo en la tarde de este miércoles en la sala 23 del Centro de Servicios Judiciales– el fiscal 11 de la URI, Rodrigo Restrepo, reveló detalles sobre la investigación que vinculan a la mujer con los atentados terroristas ocurridos el pasado 27 y 28 de enero en Barranquilla y Soledad.

Al parecer, según dijo el representante del ente acusador, el 24 de julio de 2003, en la calle 36 con carrera 3 de Riohacha (La Guajira), agentes de la Sijín encontraron 'abundante material alusivo al Eln, cinco hojas tamaño carta con el logo en el borde superior izquierdo de la guerrilla ', e inclusive música con mensajes de simpatía hacia el grupo armado.

En este allanamiento fue detenido Nelson Mier Vargas, la pareja de Dalila Duarte, mientras ella, que también residía en esa vivienda, no fue vinculada a ese proceso judicial.

El fiscal también dijo que el hombre de 49 años no solo es buscado por participar en los atentados terroristas de la célula urbana del Eln, sino que también tiene una orden de captura vigente por 'los delitos de rebelión, terrorismo y homicidio'.

De acuerdo con la versión que manejan las autoridades, Duarte Martínez y Mier Vargas alojaron, en primer lugar, a Jefferson Torres Mina en la carrera 6B #56E-18 del barrio Altos de la Metropolitana. El natural de Popayán, Cauca, habría llegado el 10 de diciembre de 2017.

Luego, según el testimonio de vecinos, el 13 de enero llegó otra persona. 'Blanquito, cachaquito', que los testigos identifican como Cristian Camilo Bellón Galindo.

Posterior al atentado, se visibilzaron las imágenes en las que aparecen el bogotano de 31 años junto a Torres Mina en un almacén en Ara. A partir de esas imágenes, testigos contactaron a la Policía y agentes de la Sijín realizaron un allanamiento al apartamento en donde presuntamente vivían quienes serían los responsables de las muertes de seis policías y las heridas de 54 más.

Según los peritos antiexplosivos de la Sijín, se encuentra 'abundante material que según su criterio corresponde al mismo utilizado en la estación San José y el CAI Soledad 2000'.

Por qué la vinculan

El 31 de enero, el apartamento donde se alojaron los presuntos terroristas fue vaciado, en cuanto a que no habían electrodomésticos, viveres o muebles.

'Los vecinos dicen que ahí llegó a hacer la mudanza el 31 de enero de 2018, a eso de las 2 pm, un camión y que habían dos femeninas y un hombre quienes fueron los que sacaron del interior, una cama doble, tres colchonetas, un escaparate, un enfriador, entre otros elementos', manifestó el representante del ente acusador.

Estos objetos fueron llevados a la casa de la hija de Dalila Duarte Martínez. Esta vivienda fue allanada el 1 de febrero y allí encuentran una cizalla, con la que presuntamente habrían cortado las varillas corrugadas que fueron encontrados en los cuerpos de las víctimas de los atentados.

'Los peritos decían en el allanamiento (a la casa en el barrio Altos de la Metropolitana) aquí faltan las seguetas con que cortaron, esas herramientas las hallamos en allanamiento', cerró el argumento el fiscal Restrepo.

Lo anterior llevó a la Fiscalía a asegurar que hubo un previo acuerdo entre las partes. Según vecinos, la mujer decía que Jefferson Torres Mina era su sobrino y que venía a estudiar filosofía.

'Venían a estudiar filosofía y ¿en el patio cortando varillas por pedazitos y poniéndole la brea?', preguntó de manera retórica el fiscal.

'Hubo una división de funciones, ellos fabricaban esas bombas, y si ellos no tienen un contacto en Soledad o Barranquilla donde se puedan albergar y se puedan sentir como en su casa y allí realizar todas esas bombas, yo estoy seguro que hubiese fracasado el atentado criminal', se atrevió a afirmar Rodrigo Restrepo.

Además de estas conductas, presuntamente ayudar a esconder evidencias, se hizo referencia a unas interceptaciones telefónicas que no fueron reveladas por parte del ente acusador.

Por esta razón, la Fiscalía la señala de los delitos de homicidio agravado, tentativa de homicidio agravado, terrorismo agravado, porte de armas de fuego, municiones y explosivos, utilización ilícita de redes de comunicaciones y delitos contra la vida e integridad emocional de los animales.

Dalila Duarte no se allanó a los cargos y fue asegurada en la cárcel el Buen Pastor.