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Kevin Samir López Mejía, señalado de asesinar en la mañana del pasado domingo a Juan de Dios Perdomo Bonilla, no se allanó a los cargos que la Fiscalía le imputó en audiencias concentradas llevadas a cabo en la tarde de este jueves en la sala 6 del Centro de Servicios Judiciales.

El joven de 26 años que llegó de Medellín es señalado de los delitos de homicidio agravado, homicidio agravado tentado (por el menor que resultó herido) y porte ilegal de armas de fuego de uso privativo de las Fuerzas Armadas. La diligencia estuvo presidida por la juez 18 penal con funciones de control de garantías, Olga Cumplido.

En la audiencia preliminar, esta le llamó la atención fuertemente al imputado ya que López se comenzó a reír junto a dos de sus allegadas que asistieron. 'Esto no es ningún juego', le reclamó la togada al joven señalado de acribillar a un hombre en frente de su familia. También sacó de la sala a las dos mujeres.

El crimen

De acuerdo con el fiscal 11 de la URI, Rodrigo Restrepo Reyes, López habría disparado en siete ocasiones en contra de Perdomo en frente de la esposa, hijos, un sobrino que resultó herido, y un jugador profesional de fútbol que la víctima representaba.

Al parecer, se investiga de la participación de dos o tres personas más, quienes huyeron al ver que el capturado era perseguido por las autoridades en el lugar de los hechos ubicado en la carrera 53 entre calles 94 y 96, al frente de una iglesia que ahí funciona.

Al momento de tomar la decisión, la juez leyó el testimonio de un testigo del hecho, la esposa de la víctima, quien relató que su hijo de 16 años manejó la camioneta hasta la dirección mencionada.

Cuando arribaron, se bajaron del vehículo sus tripulantes excepto el conductor. Juan Perdomo le estaba 'enseñando a parquear a su hijo' y por esto se había separado brevemente del resto de su familia.

'Caminé dos pasos hacia adelante y escuché los disparos', leyó la juez lo vivido por la viuda.

'Me volteo y veo al asesino, al lado mío, como le disparaba a mi esposo, vi a todos mis sobrinos y mis hijos a mi alrededor. Cuando mi esposo cae, empujé al tipo, le dije que parara porque estaban los niños, pero él seguía disparando aun cuando mi esposo ya estaba en el piso', continuó el relato.

En el testimonio de los dos patrulleros que capturaron al santandereano se conoce que se encontraban a 30 metros del hecho, cruzando el semáforo de la 94, cuando vieron a López dispararle a los últimos tiros en el suelo a Perdomo.

Intentó huir, saltando una paredilla y disparando en varias ocasiones en contra de los uniformados hasta que su pistola, que tenía silenciador, se encasquilló. Salió por la entrada principal del Patinódromo, donde lo esperaba el otro patrullero. El joven levantó sus manos al ver el arma de fuego que el oficial apuntaba en su dirección. Cuando iba a ser capturado, fue agredido físicamente.

El fiscal leyó una declaración de Kevin López en la que él mismo se inculpa ante funcionarios de Medicina Legal, adonde fue llevado tras su aprehensión para valorar sus heridas.

'La Policía me pegó cuando me estaba persiguiendo cuando estaba cometiendo un sicariato', decía en el testimonio el imputado.

No obstante, el fiscal Restrepo aclaró que no fueron los policías sino la comunidad quien intentó lincharlo.

El joven natal de Chinacota, Norte de Santander, pertenece, según la línea investigativa de las autoridades, a una banda criminal de Antioquia, la Oficina de Envigado, y vino en conjunto con sus cómplices solo a cometer el homicidio.

El móvil del crimen, aseguró el representante del ente acusador, fue sicariato. 'Esto es un ajuste de cuentas y en estos casos normalmente los criminales intentan reclamar eso por lo que mandaron a matar a su víctima y por eso la familia corre peligro', argumentó el fiscal.

La juez decidió asegurar a Kevin López en la cárcel Distrital El Bosque.