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El viernes que celebraban el ‘carnavalito’ estudiantil en el colegio IED Juan Acosta Solera fue la última vez que Leopoldo Toncel, de 60 años, dio clases en la institución en la que ha trabajado desde hace 22 años. Ese día recibió un impacto de bala en la pierna izquierda por impedir que lo atracaran a dos cuadras del plantel, y hoy guarda reposo en su casa después de haberse sometido a varias operaciones en la Clínica General del Norte.

–Fue temprano, no eran más de las 2:00 de la tarde. Salí cerca del colegio a comprar una merienda, un joven me interceptó y me pidió el celular. Lo que son las cosas: yo siempre decía que cuando me pasara eso, iba a entregar todo lo que tenía, pero ese día lo increpé y por eso me dio dos tiros, uno solo me impactó –recuerda Toncel.

–Ya no quiero ni pensar en eso porque fue un susto grande. Lo que me dijeron es que el que me atacó estudió la primaria en el colegio y que es menor de edad.

Como esta situación de inseguridad, indica el docente de matemáticas y geometría, se han presentado otras con distintos profesores de esta institución ubicada en el barrio Los Olivos.

–A un compañero le quitaron el carro hace algún tiempo y a otras profesoras les han robado el celular, todos en hechos aislados –precisa Toncel.

De acuerdo con José Ignacio Jiménez, presidente de la Asociación de Educadores de Barranquilla, Adeba, hay una problemática de inseguridad en los alrededores de algunas instituciones educativas. 'Desde el año 2000, cuando comenzó a crecer la oferta de educación en Barranquilla, también se incrementó el problema de inseguridad en los colegios de algunos barrios del sur y suroccidente. Desde 2008 venimos denunciando ante las autoridades para que tomen cartas en el asunto, porque hay lugares caóticos para los docentes'.

Pagan vacunas

Jiménez indica que hay sectores en los que a los profesores les toca pagar ‘vacuna’ para que no sean afectados por los delincuentes que merodean los planteles. 'Hay maestros que deben pagar 500 o 1.000 pesos en las esquinas para que no los atraquen cuando llegan o terminan la jornada, si sacamos cuentas son hasta cinco mil pesos semanales o más, y los que no lo hacen, son víctimas de atracos. A nivel de Distrito se encuentran 90 maestros amenazados por atracos y por denunciar microtráfico de drogas en el interior de los planteles. No sé cómo las bandas que están tras estos negocios se enteran de que ellos les hacen seguimiento a los alumnos que son sus fichas dentro de los colegios'.

Según el presidente de Adeba, estas no son las únicas circunstancias en las que los profesores se ven amenazados: a final de año también se suma el peligro por los reclamos debido al rendimiento académico de algunos estudiantes. 'No solo atracan y amenazan a los profesores en algunos barrios, también los agreden porque los alumnos pierden el año. Tenemos el caso de unos profesores que fueron amenazados con revólver, hace dos años, por parte de la familia de un alumno que perdió el grado 11. Llegaron al colegio Salvador Entrega y reventaron las ventanas. Pusimos la denuncia, pero ese proceso ha quedado así'.

Agrega que así como este hecho, en el colegio Luz del Caribe, ubicado en el barrio Simón Bolívar, los familiares de una alumna llegaron al colegio con 'machete en mano' a amedrentar a los profesores porque no alcanzó los logros para graduarse. 'Hay maestros de colegios ubicados en El Bosque, Rebolo, El Ferry, Siete de Abril, Carrizal, Sourdis, Por Fín, Los Olivos y La Manga que son extorsionados', añade Jiménez.

Esto motivó que Adeba y Adea, Asociación de Educadores del Atlántico, en cabeza de Jesús Ávila Teherán, pusieran en conocimiento a la Personería Distrital y a las autoridades competentes para contrarrestar la situación, con el objetivo de que se preste vigilancia permanente por parte de la Policía en los colegios.

'Rechazamos todo acto criminal en contra de los profesores y de los alumnos, que en algunas ocasiones también se han visto afectados. Convocamos a una reunión con la fuerza pública, la Secretaría de Educación, el secretario de Gobierno y Personería y acordamos que la Policía brinde apoyo en las zonas más críticas de forma permanente, y no que cuando se enfríe la problemática, no vaya más', indica Ávila.

En total son 40 instituciones educativas las que se determinaron como prioridad para implantar esta estrategia de seguridad.

'Como ministerio público y garantes del derecho a la educación, dejamos plasmado en el acta de la reunión que la fuerza pública hará presencia permanente en estas zonas. El compromiso fue reforzar la seguridad en las horas pico debido a que los delincuentes usan las afueras de los colegios para expender droga. Esperamos que con la presencia de la Policía –que empezó a prestar el servicio desde principios de marzo– se mitigue esto', explica Jaime Sanjuán, personero distrital.

Hace un llamado también a todos los docentes para que en lugar de pagar lo que ‘cobran’ los delincuentes, denuncien. 'Si seguimos pagándole a un delincuente, lo hacemos más fuerte. Hay es que ponerle un alto. Somos muchas instituciones comprometidas para que esto mejore'.

Lilian Jiménez es docente de ciencias sociales hace 18 años en el colegio Luis Carlos Galán Sarmiento Sede Tres, donde se enseña la primaria, ubicado en el barrio El Ferry, y denuncia que hay una 'dificultad de desatención por parte del estado a los problemas de convivencia escolar'. 'Hay niños que presentan conductas demasiado agresivas porque imitan a los jefes de los grupos criminales que viven en su entorno. Hay distanciamiento de padres de familia. Algunos llevan navajas al colegio y tienen actitudes anormales, por eso estamos alerta'.

Fronteras invisibles

La educadora también denuncia que en la institución en la que trabaja las fronteras invisibles impiden que los niños pasen al bachillerato en las sedes de La Chinita y La Luz. 'Los niños de El Ferry y sus familias no pueden ir a estos barrios porque hay problemas de pandillas, esto produce que cuando terminan primaria, unos se cambian de institución y otros deciden no ir más al colegio. Según la alcaldía, para el otro año nos van a autorizar dictar aquí mismo sexto y séptimo grado y serían 70 alumnos los que pasarían de grado, lo que nos da un tiempo para pensar qué hacer con el resto de alumnos y que no se retiren de la institución'.

Jiménez agrega que en algunos de estos colegios, las bandas criminales usan a los estudiantes que tienen buen rendimiento académico y que no tienen problemas disciplinarios para que expendan las drogas en el interior de los planteles educativos. 'En la mayoría de los casos no son consumidores, solo venden, y los que los obligan son, en algunas ocasiones, familiares de los menores. Son los familiares también los que no pueden pasar a los otros barrios, el problema de las fronteras no siempre es propiamente con los alumnos, sino con sus allegados'.

La teniente Jeimmy Vargas, jefe de infancia y adolescencia de la Policía Metropolitana de Barranquilla, explica que hacen un acompañamiento a los jóvenes de estos colegios con un programa denominado ‘Plan Padrino’. 'Se apadrina uno de los colegios con la Secretaría de Educación y hacemos caravanas escolares para analizar problemáticas con el fin de buscar los métodos para resolverlas. Hemos hecho un gran esfuerzo en la sensibilización de los jóvenes, a partir de la ley 1098 del Código de la Infancia y Adolescencia, para que no incurran en delitos en el interior de los colegios'.

En marcha

El plan que se determinó en la junta sostenida ya se puso en marcha y las instituciones educativas ya cuentan con vigilancia permanente por parte de la Policía, según lo confirmó el personero distrital. Esta semana la Oficina para la Seguridad y Convivencia Ciudadana, en conjunto con la Secretaría de Educación, realizó una serie de reuniones con docentes y rectores de estos colegios, con la participación del Gaula y la Sijín, donde se expuso cuál es la situación actual y se acordaron las estrategias para superar la inseguridad.

'Es importante saber que contamos con el apoyo de las autoridades para resolver esto, porque hay temor entre los docentes. No podemos ir a trabajar con el temor de que no vamos a regresar a nuestros hogares o que nos va a pasar algo. Lo importante es la educación de los niños y su bienestar', asegura Jiménez.

'No hemos recibido denuncia', dice Secretaria de Educación del Distrito

La secretaria de Educación, Bibiana Rincón, indica que 'trabajamos arduamente para garantizar el bienestar y la seguridad de nuestros estudiantes y comunidad educativa. No obstante, todo lo concerniente al tema de seguridad en la ciudad, incluyendo el tema de barreras invisibles, compete directamente a la Oficina de Seguridad y Convivencia Ciudadana'.

Agrega que aunque 'en nuestra oficina de Inspección y Vigilancia no se han reportado denuncias de este tema por parte de padres de familia, docentes y estudiantes, trabajamos de la mano con Fondo de Seguridad y los entes competentes, realizando acciones de sensibilización, a través de formaciones, charlas, talleres, para contrarrestar las problemáticas que afectan los entornos escolares y la convivencia'.

Así mismo, afirma que continúan trabajando con un equipo interdisciplinario de sicólogos y profesionales para 'garantizar acompañamiento a las instituciones educativas, en la promoción, prevención, atención y seguimiento en cuanto a convivencia escolar'.