Leslie Herrera Villarreal, representante legal del hogar geriátrico Los Girasoles donde ocurrían presuntos abusos en contra de personas de la tercera edad, fue llevada a audiencias preliminares en la mañana de ayer.
En la diligencia presidida por el juez primero penal municipal con funciones de control de garantías, Alberto Oyaga, a la mujer de 35 años le fue imputado el delito de maltrato por descuido, negligencia o abandono a persona mayor de 60 años de edad. Luego de escuchar los argumentos de ambas partes, el togado decidió cobijarla con detención domiciliaria.
Por este delito, que comprende una pena entre cuatro a ocho años, también cancelarían los permisos del hogar geriátrico. Además le sería impuesta una multa de 20 salarios mínimos.
De acuerdo con el fiscal 11 de la URI, Guido Rivero Mouthon, la investigación comenzó a raíz del denuncio que interpuso el hijo de una de las residentes, quien declaró a las autoridades que a su madre 'la tenían descuidada, desnuda, amarrada, que no le daban el tratamiento requerido, no le daban comida'.
Además agregó que 'los levantaban a las cuatro de la mañana, los lavaban con mangueras y los tenían todo el día amarrados y desnudos en un patio'.
Al mediodía del jueves, el CTI realizó un allanamiento en el hogar geriátrico ubicado en la carrera 28 # 70B-108 del barrio Olaya. En este procedimiento, según el representante del ente acusador, encontraron a 'ancianos desnudos amarrados en un patio sin ropa interior, y las drogas para su tratamiento, las encontraron en una bolsa tirada en el suelo y no se les estaban suministrando a tiempo'.
Estos hallazgos corroboraron lo denunciado y por ende se llevó a cabo la captura de Villarreal. La mujer no aceptó los cargos.
El fiscal solicitó al juez medida de aseguramiento de detención domiciliaria que la mujer cumpliría en el mismo hogar geriátrico en el que fue detenida. La medida la fundamentó en que la mujer presenta un peligro para la sociedad y a futuras víctimas. Por esto último se ha cancelado el permiso del hogar.
El juez Oyaga estuvo de acuerdo con los argumentos del fiscal y por esto decidió que la detención domiciliaria era la medida adecuada, no sin antes preguntarse el motivo de las cadenas de hierro.
Según el abogado defensor, Juan David Cabarcas, los 11 pacientes eran personas 'que tienen diagnósticos neuronales. Como tienen ese manejo, para que no se afecte la integridad propia de ellos, hay unos que tienen espasmos o sufren de Parkinson, entonces cuando se bañan, a ellos se les protege de ellos mismos'.