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Con una pequeña maleta donde llevaba sus enseres personales y la colchoneta doblada salió este lunes de una cárcel venezolana Juan Carlos Sánchez Latorre, alias El Lobo Feroz, acusado en Colombia de cometer abusos contra 276 menores de edad. La extradición de Sánchez Latorre fue acordada por la Sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia el pasado 7 de Junio, según sentencia N° 165 publicada en esa fecha. Pero fue este lunes 10 de septiembre cuando se concretó.

Antes de partir, Sánchez Latorre fue chequeado por un médico del Ministerio Penitenciario, quien le hizo quitar parcialmente la ropa para mirar si ya había sanado de una erupción en la piel. Posteriormente otro funcionario lo pasó a una oficina y le tomó varias fotos de frente y perfil.

'Wayuu por si acaso me llevan, las cosas que están en mi cuarto se las entrega al pastor Carpio', le dijo Sánchez Latorre a una de las custodias del establecimiento carcelario. 'Cuáles cosas?', preguntó la muchacha. 'Las tazas, la cobija y el libro', respondió el recluso aludiendo a un ejemplar de ‘¿Y cuándo ganan los buenos?’, del autor, el psicólogo clínico César Landaeta.

Paradójicamente, el texto mencionado por ‘El Lobo’ —tal y como dice su reseña— está dirigido a los formadores de niños y jóvenes, sean padres, familiares o docentes, para acompañarlos en la difícil tarea de neutralizar la nociva influencia que sobre los menores ejercen las series televisivas, los dibujos animados y, en general, los enlatados de la industria del entretenimiento.

'Esta Biblia sí me la voy a llevar', comentó además ‘El Lobo Feroz’ con los ojos clavados en el Antiguo Testamento, abierto en el libro del profeta Isaías, capítulo 64. De acuerdo a lo que comentó, el barranquillero se enroló en una iglesia evangélica que funciona en la prisión venezolana.

Al llegar la camioneta con los funcionarios de Interpol, uno de sus ocupantes bajó con un oficio y pronunció el nombre de Juan Carlos Sánchez Latorre. Enseguida lo sacaron con su colchoneta doblada y otros bienes personales. Iba en chancletas y franela amarilla. Lo montaron en la parte trasera de la camioneta. Ya dentro, le colocaron unas esposas.

Con el sujeto viajaban dos agentes de Interpol-Colombia. De allí del Rodeo, fue llevado al Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), sede de Parque Carabobo, en el centro de Caracas, donde Interpol tiene una sede. 'Allí le hacen un examen médico-forense', apuntó un funcionario de la Policía Científica.

Respecto al vuelo que lo llevaría a Colombia, los funcionarios colombianos se mostraron herméticos. 'Ya eso queda en manos de ellos', señaló un trabajador del Ministerio Penitenciario.