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Para la Policía Metropolitana de Barranquilla está claro que la muerte de Aristóteles Carreño Villalba, de 43 años, no tuvo que ver con un caso de robo.

De igual manera tienen claro que esta persona conocía a sus verdugos, pues antes de que el parrillero desenfundara el arma que le impactó un proyectil en la frente, este hablaba con ellos.

La hipótesis más fuerte que se teje sobre el crimen de Carreño es una posible deuda con cobradiarios.

Carreño Villalba fue asesinado a las 6:50 de la mañana del miércoles en la carrera 36 con calle 84 sector del barrio Colinas Campestres.

La víctima había salido de su vivienda en el barrio El Edén con su uniforme de trabajo –vestía botas industriales, jean y suéter– cuando fue abordado por los dos individuos. Habló con ellos y de repente uno de estos le dio un tiro en la frente.

'Sabemos que esta persona no tenía antecedentes judiciales, sabemos que sostuvo un diálogo con sus agresores antes de que lo asesinaran y, además, tenía todas sus pertenencias. Entonces con todos estos elementos ya esperamos construir una hipótesis y dar con la persona que ordenó y la que cometió este homicidio', dijo el comandante de la Mebar, general Mariano Botero.

La familia de Aristóteles que se acercó ayer a Medicina Legal para recibir el cuerpo se abstuvo de dar declaraciones a la prensa.

De la víctima se sabe que trabajaba en una empresa del sector industrial en la vía 40.