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Consultas de antecedentes en la página web de la Contraloría, la Procuraduría y la Policía que aparecieron en limpio hicieron confiar a los directivos de la IPS Centro de Estimulación, Rehabilitación y Aprendizaje Sonrisas de Esperanza, ubicada ahora en la carrera 42F No. 82-27, barrio Ciudad Jardín, de que Tomás Maldonado Cera era una persona 'apta' para prestar el servicio de transporte de niños y jóvenes con condiciones especiales que toman terapia en la institución.

'Se le hizo su proceso de selección con Talento Humano en donde se realizaron las respectivas consultas como a todo trabajador y en todo eso resultó limpio. También se le hizo una consulta con el Tránsito para saber si tenía multas o si había tenido, y también estaba totalmente en blanco', señaló Óscar Avecedo, jefe jurídico del centro médico.

Es por eso que la noticia de que Tomás Maldonado Cera estaría tras el feminicidio de Brenda Inés Pájaro Bruno, dos personas a quienes conocieron y trataron, los tomó por sorpresa.

'Cuando nos enteramos de la noticia de este señor todos quedamos sorprendidos, fue una baldado de agua fría. No podíamos creer que una persona que estuvo vinculada aquí, que trabajó con nosotros y que una mamá de uno de nuestros niños terminaran involucrados en este en este caso tan terrible', comentó Acevedo.

Una persona 'normal'

La poca recordación que tiene el paso de Tomás por el centro de rehabilitación entre los compañeros es de un hombre 'normal'.

'Era una persona que llegaba saluda lo elemental y se disponía a sus labores. Nunca aquí dentro de la institución se le vio el comportamiento extraño con alguna de las madres o compañeras de trabajo de la institución, ni coqueteos, ni romances, ya por fuera de aquí, lo desconocemos', aseguró el directivo.

Muchos de los conductores de la época, cuando la institución estaba ubicada en el barrio Prado, ya no laboran en la actualidad, pero las educadoras especiales, quienes prefirieron omitir su identidad, lo recuerdan como un hombre 'respetuoso'.

'Durante el tiempo que estuvo aquí, en ningún momento se generó algún tipo de situación anómala, no se reportó ningún tipo de queja o reclamo por parte de los padres de familia, en ningún momento fue grosero con sus compañeros o con nosotras, nunca tuvimos problemas con él, era un hombre respetuoso', señaló una de las empleadas consultadas.

Asimismo, sobre su aspecto personal o vestimenta que despertara algún tipo de sospechas sobre inclinaciones satánicas o espiritistas, los compañeros indicaron que lo único particular en él era que 'usaba un rosario, pero nunca manifestó nada religioso'.

'La queríamos mucho'

Brenda Inés Pájaro Bruno es recordada por las educadoras del centro de rehabilitación como 'una madre entregada'.

'Ella era una madre muy comprometida y muy entregada el proceso terapéutico de su hija, siempre estaba pendiente al 100% de las recomendaciones médicas de todo lo que tenía que hacer', dijo una de las terapeutas de la hija de la ama de casa.

Sobre el 25 de julio del año pasado, día de su desaparición, las mujeres aseguraron que ella 'salió caminando a la esquina'.

'Ella dejó a su hija bajo el cuidado de su enfermera particular y salió a hacer unas diligencias sobre un viaje Bogotá que tenía planeado para una operación que le practicarían a su hija, según dijo', contaron.

Sobre un patrón que, al parecer, el Satánico tuvo con cada una de las posibles víctimas a las que lo vinculan en que se acercaba a preguntar por ellas luego de haber sido asesinadas, en la IPS aseguraron que nunca lo vieron luego la muerte de Brenda.

'Él no ingresó aquí a preguntar a ninguna de nosotras por Brenda Pájaro luego de su muerte, si preguntó en los alrededores, eso lo desconocemos', puntualizaron.