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El juez Primero de Conocimiento de Causas Mixtas, Robinson Gómez Crespo, condenó este jueves a Lebith Aldemar Rúa Rodríguez, alias la Bestia del Matadero, por la violación de una menor venezolana en hechos ocurridos a finales de 2017.

La audiencia se llevó a cabo en el Palacio de Justicia de Soledad y en sala estuvieron presentes Rúa Rodríguez y allegados de la víctima.

'Se logró acreditar la materialización de los hechos ocurridos por Rúa Rodríguez, en el estudio del caso el despacho encontró que las particularidades de la víctima dan a mostrar cómo su victimario se aprovechó de su condición física para accederla', explicó el juez Gómez Crespo.

El togado dio crédito a los testimonios presentados por la Fiscalía en audiencia de juicio oral.

Al final de la diligencia, luego de hacer sumatoria de las penas de mayor punibilidad por los delitos de acceso carnal violento, secuestro simple y hurto calificado agravado, el togado determinó condenar a la ‘Bestia del Matadero’ a 447 meses de prisión.

José Domínguez, abogado adscrito a la Defensoría del Pueblo que representó los intereses de Rúa Rodríguez, señaló al juez que apelará la decisión de la condena de manera escrita en los próximos días. Al salir de la sala de audiencias, Rúa Rodríguez intentó agredir a los periodistas que cubrían la diligencia.

El caso

En una entrevista concedida el año anterior a EL HERALDO, el padre de la adolescente venezolana comentó que su hija se encontraba mejorando después de lo ocurrido, gracias al apoyo sicológico que le han brindado. 'La Gobernación le ofreció una beca y ella me ha dicho que quiere estudiar sicología', contó.

La familia de la menor residía en Islas Margarita, en donde vivían del sustento del taller de carpintería del padre. Tras la difícil situación económica del vecino país, tuvo que cerrar el taller y en compañía de su esposa y dos de sus tres hijos vino a Barranquilla en 2016.

Tanto el hombre como su esposa se habían dedicado a oficios varios. Su hija, de 17 años, había conseguido trabajo en la peluquería de su tía para ayudar en los gastos del hogar.

El 13 de diciembre de 2017, a las afueras de este establecimiento ubicado al frente del Estadio Metropolitano, Lebith Rúa habría apuntado con un arma de fuego a la adolescente. Según la versión que maneja la Fiscalía, cerca de las 9:00 de la mañana la montó en un carro negro y la llevó hasta una trocha ubicada entre Malambo y Caracolí, donde le robó sus pertenencias y abusó de ella en repetidas ocasiones.

En el sitio, según el recuento de la joven venezolana, esta vio 'un letrero que decía ‘San José’ y escuchaba, por momentos, el sonido de las turbinas de los aviones'.

'Me lleva a lugar bien elaborado, con muebles, había botellas de agua, toallas de tela, toallas sanitarias usadas, condones usados, ropa interior femenina y masculina, toda tirada en el piso… Después sacó un cuchillo del mismo bolso negro donde tenía el revólver, me lo puso cerca y me dijo que si gritaba o lloraba, me mataba…Así me obligó a quitarme la ropa…'.

La joven, agregó en un testimonio de la Fiscalía, que estuvo en este lugar hasta las 2:00 de la tarde, siendo abusada en varias oportunidades por la ‘Bestia del Matadero’, como es llamado por la cercanía del viejo matadero de Malambo con el lugar donde este presuntamente abusaba de sus víctimas.

Al finalizar, Rúa le quitó el celular a la menor y le dio 2.000 pesos para el bus de vuelta a su casa. La joven, luego de reunirse con sus familiares, decidió denunciar ante las autoridades lo ocurrido.

Días después de este caso, el mismo Lebith Rúa, preso en la cárcel de máxima seguridad La Tramacúa de Valledupar, fue identificado como el autor del asesinato de la estudiante del Sena Gabriela Andrea Romero Cabarcas. Además, la Fiscalía lo señala de acceder carnalmente a al menos 8 mujeres más en el Cesar y en Atlántico.

Por el caso de Gabriela Romero también es procesado por los delitos de feminicidio agravado en circunstancia de agravación punitiva, acceso carnal violento agravado, hurto calificado agravado y desaparición forzada en circunstancia de agravación punitiva. De ser declarado culpable, podría afrontar una condena de hasta 60 años de prisión.