En una tienda de esquina de la calle 43 con carrera 53, en el Barrio Abajo de Barranquilla, fue asesinado a tiros la noche del viernes anterior Jonathan Gutiérrez Castro, un hombre de 31 años de edad que residía en el mismo sector.
Allegados informaron a las autoridades que este salió de su domicilio a las 8:10 de la noche y se dirigió hacia el negocio llamado El Durán tras recibir una llamada a su teléfono celular. En el sitio, pidió mil pesos de salchichón, un pan de 500 y una bebida. Le despacharon, cambió unas palabras con el tendero y, según testigos, luego se acomodó en el sardinel contiguo a la tienda. Este vestía una bermuda de jean y una franela de algodón color verde oscuro.
Las balas sorprendieron a Jonathan cuando degustaba el popular ‘sancocho de tienda’. Un pistolero llegó y le asestó cuatro tiros en la parte posterior de la cabeza.
Luego de eso, el individuo huyó en una motocicleta conducida por un cómplice. Versiones de las personas coinciden en que los criminales tomaron una ruta hacia el centro, pues la moto arrancó en sentido norte-sur.
Vecinos y familiares de la víctima salieron de sus casas luego de escuchar las fuertes detonaciones y se encontraron con la trágica escena: el cuerpo de Jonathan estaba tendido en el sardinel sobre un lago hemático. La mirada estaba fija y no respondía a los llamados. En video quedaron grabados los momentos en que una mujer se acercó y gritó en varias oportunidades: ¿Qué me le hicieron? ¿Qué me le hicieron?...
La solidaridad de algunas personas sirvió para que Gutiérrez Castro fuera embarcado en un automóvil y llevado hasta la Clínica Centro. Allí empezaron a llegar familiares y amigos del hombre que trabajaba como administrador de un negocio de comidas en Baranoa, era padre de dos hijos y residía con su familia muy cerca de donde se cometió el atentado.
Hipótesis
Un informe preliminar de la Policía Metropolitana de Barranquilla entregado la misma noche del viernes indicó que Jonathan Gutiérrez Castro había sido asesinado por una situación pasional. 'Desde hace varios años, él tuvo problemas con otra persona por una mujer y fue amenazado', explicó un uniformado que hizo parte de las labores de levantamiento de cadáver.
Sin embargo, en la mañana de ayer familiares que estaban en el instituto de Medicina Legal negaron esa versión y presumen que todo está ligado a un atraco. Estos dijeron que el celular de Jonathan no aparece y cuando se le marca suena como apagado.
Revisan cámaras
Por su parte, la Policía Metropolitana de Barranquilla precisó que miembros de la Sijín, encargados de la investigación del crimen, hacen un barrido de las cámaras de seguridad de la zona para tratar de dar con la matrícula de la motocicleta usada por los asesinos y, en el mejor de los casos, con sus identidades.