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El CTI de la Fiscalía ordenó este viernes al Instituto de Medicina Legal la inspección técnica del cadáver de Andrés Molina Olaya, un adulto mayor de 85 años que murió el jueves anterior en extrañas circunstancias en el interior de su vivienda ubicada en la calle 4 con carrera 56, barrio Villa Olímpica, en Galapa.

Un centro médico galapero había certificado que la muerte del hombre ocurrió por 'causa natural', pero otra versión que llegó a los pies de los investigadores relacionó el caso con un supuesto suicidio y, más allá, con un homicidio. Por esta razón, los funcionarios del ente investigador suspendieron el sepelio del abuelo y ordenaron a la funeraria devolver el cadáver al Instituto de Medicina Legal.

Para los detectives resultó extraña esa versión luego de indagar sobre Molina Olaya y conocer que este presentaba problemas de discapacidad motora y visual, por lo que era difícil que se pusiera en pie y se quitara la vida en la madrugada del pasado jueves. Más extraño fue para los investigadores judiciales del CTI de la Fiscalía que una persona a esa edad tuviera las fuerzas suficientes para quitarse la vida con una camisilla, la cual presuntamente habría colocado alrededor de su cuello, y que le dejó marcado un surco en esa parte de su cuerpo.

La otra pieza que no cuadra para los investigadores judiciales es el certificado de defunción que los familiares del adulto mayor, con los que residía en Galapa, presentaron ante una funeraria de la ciudad, con el fin de realizar la velación y posterior cremación de su cuerpo.

Ante esas dudas de la muerte del anciano, funcionarios del CTI de la Fiscalía llegaron a la funeraria donde estaban velando sus restos y procedieron en la diligencia, pese a la negativa de sus familiares.

Sobre la teoría del homicidio, fuentes de la Fiscalía indicaron que se buscaba más información para incluirla en la investigación.