Cuando entró ayer por la mañana a la iglesia Santa Isabel de Hungría del barrio Lucero, el padre Atilio González vio una luz que descendía del techo e iluminaba el camino que, entre los bancos, conducía al altar. En ese momento, tuvo certeza de una cosa: en Barranquilla, 'ni siquiera el Señor' se salva de los robos.
Eran alrededor de las 5:30 de la mañana y, cuando hacía su ronda habitual en el templo, el párroco se percató de que un par de láminas del techo faltaban y que en el suelo estaban tirados los cables que ponían a funcionar el sistema de sonido de la iglesia, que también había desaparecido.
'Enseguida dije: aquí se metieron los ladrones. Entonces, me puse a llamar a los servidores, unos estaban dormidos, otros estaban despiertos, pero todos estaban impactados', aseguró el padre González resaltando que lo que más les sorprendía era que la noche anterior se habían reunido para organizar un bingo que sería este domingo 13 de octubre y en el que iban a entregar unos regalos que los ladrones también se llevaron.
Según el párroco, los delincuentes hurtaron al menos 10 regalos, la mayoría de ellos electrodomésticos con los que premiarían a los ganadores del bingo, organizado para recaudar recursos que financiaran las fiestas patronales, que inician el próximo 8 de noviembre con una novena que va hasta el 17 de ese mismo mes.
'Es sorprendente, nosotros en la reunión teníamos dudas porque no teníamos todos los regalos, pero yo les dije que sacaríamos eso adelante como sea y mira con lo que amanecimos', contó el padre González.