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La exparticipante del reality Protagonistas de Nuestra Tele Laura Andrea Ojeda Estupiñan asegura que ya no podrá trabajar este lunes. La abogada de 26 años había firmado hace varios días un contrato para modelar ropa deportiva, pero hoy lamenta no poder cumplir con la cita para las fotografías porque tiene el cuerpo lleno de moretones.

La modelo visitó hoy EL HERALDO para denunciar públicamente que había sido brutalmente agredida en la noche de este jueves por su exnovio y excompañero de reality Jonathan Fierro Herrera y la hermana de este, Samiris Fierro Herrera.

Al hablar, en el rostro de Laura se hizo evidente el dolor de verse a sí misma víctima de este tipo de violencia, pero aseguró que no fueron los hematomas, tampoco las lágrimas; sino que fueron las heridas emocionales que le dejó la agresión las que la llevaron a denunciar a Fierro ante la Fiscalía.

De acuerdo con lo narrado por Laura, en la tarde del jueves se encontraba en casa de una amiga cuando empezó a recibir amenazas en Instagram por medio de cuentas falsas que, afirma, habrían sido creadas por Fierro, pues lo había hecho en ocasiones anteriores.

'Hacía cuentas falsas, me escribía a través de ella y después las borraba. Eso era así porque yo hace tres días había decidido cambiar de teléfono', explicó.

Los mensajes, contó, daban cuenta de los 'celos enfermizos' del hombre, al que hace una semana le habría pedido cortar todo tipo de relación, pues los abusos verbales eran constantes desde junio de 2018, cinco meses después de que iniciaran la relación, tras el final del reality.

'Él empezó a cambiar. Me lanzaba palabras ofensivas y me maltrataba psicológicamente, pero me decía que iba a cambiar y yo le creía intentando que las cosas se arreglaran. Ayer (el jueves) fue la tapa. Yo le había pedido que paráramos porque no podía seguir con esa enfermedad de él. Estaba cansada'.

Según denunció Laura, al ver los mensajes decidió ir hasta el gimnasio Spinning Center del Centro Comercial Barcelona Plaza, lugar en el que se encontraba Fierro. Allí, lo habría confrontado por las constantes ofensas y amenazas en redes sociales.

'Llegué al gimnasio a querer hablar con él para ponerle freno a la situación y me encuentro con amenazas, diciendo que su familia es guajira. En ese momento empezó a decirme groserías y, lo acepto, le pegué una cachetada por tantas cosas que me dijo. Entonces, me fui de ahí', relató.

Ante lo ocurrido, Laura aseguró que optó por ir a la casa de la mamá de Fierro, en el barrio Alto Prado, para pedirle que la ayudara a ponerle fin a los abusos. Justo en ese lugar habría recibido la terrible golpiza.

'Un rato después, él llegó con groserías y eufórico. Parecía un monstruo. Empezó a jalonearme frente a la mamá y después apareció la hermana, de quien no soy santa de devoción. Ella también empezó a pegarme, halarme el cabello y empujarme. Yo intentaba defenderme, pero eran dos contra uno. Entonces, soltó el perro, un pitbull que ha mordido a muchas personas. Quedé en el piso y pensé que me iba a matar. Si no es por la mamá, no sé qué hubiera pasado', describió Laura con lágrimas en los ojos.

Cuando logró recomponerse, Laura se fue a su casa llevando en su cuerpo las marcas de los abusos de los que había sido víctima.