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La chaqueta azul de Remberto Quintero, funcionario de la Oficina de Gestión Del Riesgo, se iluminó con las luces rojas de los tres camiones de bomberos que llegaron a la Clínica La Asunción. 'No fue grave, solo el susto', dijo.

Ocurrió en una habitación de cuatro metros por cuatro metros, según dijeron los bomberos. Ahí se generaron las olas que consumieron algunos equipos médicos, papelería de archivo y medicamentos. El humo, alarma infalible de estás emergencias, alertó a los encargados de la clínica.

Los brigadistas de emergencias movieron hacia otro piso a los pacientes que estaban más cerca del almacén para evitar que de alguna u otra forma resultaran lesionados. También mantuvieron calmados a los demás internados y sus familiares mientras llegaban los bomberos.