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Desde hace al menos cuatro años, Cholón se ha venido posicionando a nivel nacional e internacional como la isla caribeña de la fiesta. Esto ha atraído a miles de turistas y locales que llegan a la playa deseosos de pasar ratos bajo el sol, en aguas turquesas, con buena música, un par de tragos y muchos amigos. Sin embargo, no todo ha sido 'color de rosa' en la popular isla.

Valentina González Medina no ha sido la única víctima de la aparente falta de control y señalización en la isla Cholón. Desde que empezó a replicarse en los medios de comunicación locales y nacionales la noticia de la muerte de la joven de 21 años, golpeada por un yate en la isla, se han conocido otros casos de personas afectadas en circunstancias similares

Diana

 La también barranquillera Diana Carolina Cepeda Campo, de 23 años, sufrió un accidente en la isla Cholón que casi le cuesta la pierna. Según contó a EL HERALDO, esa fue la primera y última vez que visitó la isla pues, dijo, está caminando 'de milagro'.

Los hechos ocurrieron el domingo 19 de marzo de 2017, cuando tenía 20 años. Ese día, había salido de Barranquilla muy temprano en la mañana rumbo a Cartagena con unos amigos para disfrutar de las azules playas del archipiélago de las Islas del Rosario.

Tras embarcarse en el muelle del sector conocido como el Laguito en Cartagena, en la lancha Carlotta, que habían alquilado entre 10 amigos por $1.500.000, Diana llegó a Cholón. 

Era mediodía, en el lugar había decenas de embarcaciones de distintos tipos y el sol estaba en su máximo punto, perfecto para empezar la fiesta que, seguramente, no esperaban terminar bañados de sangre.

'Yo no me había bajado de la lancha en todo el paseo, estaba tomando el sol porque yo no tomo licor, pero me dieron ganas de orinar y como ahí no había baño, me dijeron que debía meterme al mar para poder hacerlo', explicó Diana.

Entonces, bajó por las escaleras que estaban en la parte trasera del bote, justo al lado del motor y el único lugar por el que todos subían y bajaban de la lancha. 

'No pensé que algo malo pudiera ocurrir, pero de repente encendieron el motor y eso me haló', contó.

La hélice del motor le succionó la pierna izquierda causándole profundas heridas en el pie que le hicieron derramar mucha sangre. 

De inmediato, las personas que la acompañaban la socorrieron y la trasladaron hasta Cartagena, donde, en el Hospital Bocagrande, recibió atención médica de urgencia y le practicaron una cirugía de ocho horas para intentar salvarle la vida.

'Yo entré a cirugía pensando que iba a salir sin pie de ahí. Me anestesiaron y no supe más nada hasta que me levanté y vi que tenía mi pierna. Doy gracias a Dios porque me la salvaron. Fue un milagro', aseguró Diana.

El accidente hizo que estuviera tres meses internada en el hospital y tuviera que aprender nuevamente a utilizar el pie izquierdo para, a través de terapias, lograr recuperar la movilidad. 

Hoy, luego de haberse recuperado física y emocionalmente del accidente, asegura que las heridas no solo se las causó la lancha, sino la falta de seguridad e informalidad en los protocolos en la isla.

'Allá no había ningún tipo de señalización de dónde se podían bañar las personas. Ahí había gente bañándose y no entiendo por qué ese hombre prendió el motor'.

'Ellos se vuelan todos los protocolos (…) Es triste porque cuando me pasó a mí nadie le prestó atención y volvió a ocurrir. Quizá si las autoridades hubiesen prestado atención a mi caso no hubiese pasado lo de Valentina', aseguró en diálogo con EL HERALDO la joven estudiante de Derecho de la Universidad Libre, en Barranquilla.

Dijo que 'es necesario que las autoridades tomen las medidas, que haya más control y que de verdad esto no siga pasando'.

Julieth

 'Luego que supe de esa noticia no he podido dormir, estoy totalmente consternada, conmovida por lo que le pasó a esa niña', dijo ayer la periodista deportiva barranquillera Julieth González Therán, quien se vio sumergida en circunstancias similares a las de Valentina y Diana, cuando visitó en julio pasado la isla Cholón con su novio, amigos y familiares.

En esa ocasión, Julieth estaba bañándose en el mar junto a su pareja, pero se mantenía atenta a lo que ocurría a unos metros de donde ella se encontraba, pues no quería que a sus hermanos les pasara nada.  

La jornada de paseo iba desarrollándose como cualquier otra, hasta que una embarcación perturbó, literalmente, la calma del mar.

'En ese momento volteé a la derecha y venía una embarcación de un pescador hacia mí; vi que el tipo ni siquiera estaba mirando al frente, sino que estaba mirando hacia otro lado, como embelesado, mirando para otro lado', dijo la periodista.

Al sumergirse, contó, la fuerza del motor de la lancha y la presión del agua le habrían halado las piernas hacia arriba y atraído hacia la hélice.

'Me hizo tres heridas y enseguida comencé a llorar. Entré en pánico porque no sabía qué había pasado con mis piernas', recordó asegurando que, cuando entró en sí y le reclamó al conductor de la lancha por la imprudencia que había cometido, este solo dijo que 'estaba sumergida', no atendiendo a la sangre que manaba de sus pies.

'Ni siquiera me auxilió, ni me pidió perdón. Obviamente yo salí sana y salva, por así decirlo, porque pudo pasarme lo que le pasó a Valentina (...) Como me dijeron los médicos en Cartagena, la saqué barata', aseguró Julieth, quien, además, reprochó el proceder de las autoridades ante casos como estos.

'¿Cómo puede ser que estas cosas sigan pasando y no hacen absolutamente nada? La gente debería hacerse consciente y tomar la decisión de no ir más a Cholón hasta que las autoridades pongan una solución y reglas para cumplir. El turismo tiene que reaccionar porque no está cuidando de la seguridad y la vida, que es lo más importante', resaltó la joven comunicadora que en estos momentos reside en Alemania.

Valentina

 El fatídico caso que desató la polémica de la falta de control en Cholón fue el ocurrido el pasado sábado 30 de noviembre cuando un yate golpeó mortalmente a Valentina González Medina, de 21 años, cuando –según familiares y testigos– se encontraba flotando en el mar con salvavidas naranja. 

En su momento, el capitán de navío Jorge Herrera, comandante de Guardacostas del Caribe, aseguró que 'por información recopilada de testigos y pescadores, la mujer realizaba actividades de nadado y careteo a 300 metros de la playa', es decir, en una zona donde 'está prohibido' realizar actividades distintas a la navegación de embarcaciones de medio calado. 

Esta versión fue posteriormente rechazada por los familiares de Valentina y por el abogado Rafael Pacheco Vega, apoderado del amigo con el que ella se encontraba al momento del incidente.

Ellos también rechazaron el hecho de que las autoridades hubieran dejado en libertad a José Gertrudis Palencia Quintana, el piloto del yate que le causó la muerte a la estudiante barranquillera, al que habían capturado en la noche del sábado, tras el accidente.