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El segundo nombre de Adriana era el mismo de su mamá y su abuela: Margarita. Se lo pusieron cuando llegó de tres meses de nacida a los brazos de la matriarca de su familia y, desde entonces, sus tías la trataron como su hermana menor.

Así lo contó Teresa Martínez Fontalvo, la mayor de las tías-hermanas que hoy lloran la pérdida de 'Adri', de 15 años, quien fue asesinada a manos de otra adolescente que 'le quería quitar el bebé'.

Hoy, cinco días después del atroz homicidio, EL HERALDO revela más detalles de la vida y la muerte de Adriana, esta vez desde el punto de vista de sus más cercanos allegados.

Un ‘shock’

Este martes, Liliana Martínez Fontalvo, de 27 años, estaba todavía en shock. Adriana era la que le 'preparaba todo' y con quien más compartía desde pequeña, cuando su hermana -madre biológica de Adriana- la llevó siendo una bebé a casa de su mamá.

Es por ello que cuando se enteró que habían asesinado a la menor de las Martínez Fontalvo, no lo podía creer.

Según Liliana, la noticia del asesinato de Adriana se conoció por los gritos de la mamá de la señalada victimaria, que el viernes 13 de diciembre salió de su apartamento en Ciudad Real, en Malambo, para contarle a la Policía que su hija, con ayuda de la hermana y una tercera persona adulta, habrían asfixiado con una bolsa plástica, en el baño del 204, a la quinceañera, tras atarla, golpearla, apuñalarla y sacarle los dientes.

Sin embargo, lo que más le perturbó a Liliana fue el hecho de que también la presunta victimaría habría intentado atacar a la abuela de la adolescente y que, de no haber llegado la Policía, habrían sido dos los cadáveres que llorar.

'Ella mató a mi hermana y quería matar a mi abuela para llevarse al bebé', aseguró Liliana pues, según dijo, horas más tarde después de que Adriana salió de la casa hacia la vivienda de su 'amiga', la señalada homicida regresó a donde estaba la abuela de la joven madre para asegurarle 'que le mandaba a decir Adriana que le diera el bebé y que la esperaba en la esquina'.

'Ella pretendía llevarse a mi mamá para un lugar solo y como que también la quería matar para poderle quitar el bebé', afirmó.

Fingió el embarazo

La hermana de Adriana también aseguró que siempre había sospechado de la amiga de la menor, pues incluso habría fingido un embarazo.

'A mí esa muchacha me caía mal porque tenía cosas de loca. Le gustaba andar descalza y supuestamente estaba embarazada, pero tenía más de nueve meses y nada que alumbraba', dijo.

De acuerdo con Liliana, la señalada asesina 'siempre había vivido en los bloques, pero conoció a Adriana cuando ella tenía como cinco meses de embarazo'.

Desde entonces, la adolescente se hizo amiga de Adriana, la acompañaba a todos lados e incluso, dijo Liliana, iban a controles juntas.

'Por ahí tiene una foto de embarazada que, me imagino, fue editada, porque yo probé una aplicación en el celular que me hizo ver igual. Ella se inflaba la barriga. Después averiguó en el hospital de Malambo y nunca apareció en una cita de planificación', sentenció Liliana.

Comunidad resentida

Por otro lado, la hermana de Adriana dijo a EL HERALDO que el dictamen de detención domiciliaria contra la señalada menor capturada, imputada de homicidio agravado con sevicia, tiene consternada a la comunidad de Malambo, y sobre todo a los residentes en el conjunto residencial Ciudad Real-

'Los vecinos están muy resentidos porque la manera en que mató a mi hermana es de una persona psicópata', dijo.

Además, aclaró que, aunque la indiciada debía pagar la condena en el mismo apartamento donde ocurrió el asesinato, hoy el lugar está ocupado por otras personas.

'Ahí vivía ella con la hermana, al lado vivía la mamá. Los dos apartamentos los desocuparon', destacó.

Hoy, la familia Martínez Fontalvo no solo lidia con el duelo por la pérdida de Adriana, sino con el temor de que la supuesta asesina no estaría en la cárcel.

'Eso fue algo muy horrible y deberíamos tener un psicólogo o alguna ayuda porque nos sentimos inseguros y consternados', concluyó Liliana.

Contradicciones

El general Ricardo Alarcón Campos, comandante de la Policía Metropolitana de Barranquilla, se refirió a las revelaciones publicadas por EL HERALDO este lunes sobre la investigación que emprendió la Fiscalía por la posible existencia de una red de tráfico de bebés en el Atlántico, relacionada con el homicidio de Adriana; y dijo que han encontrado varias contradicciones.

'Inicialmente la victimaria dice que es un hecho que comete ella sola y, de acuerdo con el experto que manejó el lugar de los hechos, a primera vista se manifiesta que ese hecho no lo pudo haber cometido una sola persona'..

Con respecto a las motivaciones, el general Alarcón dijo que 'en su momento lo que la victimaria manifiesta es que había comprado el bebé por una suma cercana a los $800.000'; pero, dice que teniendo en cuenta las condiciones económicas y el tipo de familia de la que proviene, la indiciada no ha dado 'una excusa que sea creíble' con respecto a de dónde provino el dinero.

Reveló también que bebé 'nunca fue entregado a la victimaria' y esto fue lo que 'le generó la ira que la llevó a cometer este hecho'. Asimismo, la menor sindicada habría dicho que el bebé 'era para ella', pero esta también representaría una contradicción para la Policía pues 'en estos momentos ella no tiene un compañero permanente'.

'Son declaraciones que todavía no están muy bien sustentadas (…) Con estos pequeños pormenores y otras cosas que hacen parte del proceso, en conjunto con el Fiscal y nuestros investigadores vamos a determinar cuál es la hipótesis que más se acerca', aseguró el general.

Finalmente, explicó que por el momento se manejan tres hipótesis frente al homicidio: la primera es que se pueda haber presentado el hecho por problemas de tipo personal, pues 'estas dos niñas eran amigas'; la segunda es que realmente hubo una compra para que la menor se quedara con el bebé; y la tercera es que 'en el hecho puede haber un tráfico de menores y puede haber una organización dedicada a esto'.