La señal que Rambo, uno de los perros antinarcóticos de la Policía, le dio a su instructor fue clara: se sentó justo frente a unos cilindros de cartón dentro de una empresa de mensajería de la Vía 40. El uniformado supo de inmediato que algo no andaba bien con esa mercancía.
Es que desde que inició el 2019, Rambo ha encontrado más de una tonelada de estupefacientes, por eso su olfato es tan valioso para la Policía y goza de gran credibilidad en la Seccional de Carabineros y Guías Caninos de Barranquilla.