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Los familiares de Nikol Parra Coronel llegaron a Barranquilla este sábado. No para disfrutar del Carnaval, sino para llevarse a Norte de Santander al joven de 21 años en una carroza fúnebre, pues su cadáver lo habían encontrado hace un par de días en el barrio Siete de Abril.

En la noche del pasado martes, Parra Coronel había salido de su casa en Soledad sin decir hacia dónde iba. Lo siguiente que se supo de él es que había aparecido sin vida. Estaba tendido en la mitad de la calle, sobre un charco de sangre que le brotaba de la herida que tenía en la clavícula. Le habían disparado porque, supuestamente, hacía parte de una pandilla.

Esos escasos datos fueron los que recibieron por mensaje de texto los familiares del joven venezolano que había llegado a Colombia hace dos años para 'rebuscarse' lejos de la 'situación de Venezuela', según contaron a EL HERALDO en la mañana de este sábado en Medicina Legal en Barranquilla.

'Nos llegó un mensaje de una pareja que él tuvo y que nos terminó diciendo que supuestamente estaba embarazada de él y que había que responder. Por la desconfianza que nos creó, lo que hicimos fue tomar en cuenta los mensajes y empezar las averiguaciones para ver si era verdad que había muerto', contó uno de los hermanos de Nikol, que por seguridad prefirió ocultar su nombre.

Para él, el fallecimiento de su hermano menor podría estar ligado a disputas entre bandas delincuenciales, pero desconoce a ciencia cierta en qué condiciones murió, pues hasta hoy, cuatro días después de hallar el cadáver, la Policía no les ha explicado qué pasó. De hecho, aseguran los familiares que ni siquiera las autoridades los contactaron para verificar el fallecimiento, sino que por sus propios medios, ante la alerta, buscaron respuestas.

'Hicimos una llamada a Medicina Legal con lo que sabíamos. Desde Norte de Santander se comunicaron con Barranquilla y supimos que el cadáver había entrado como NN; entonces, a través de Medicina Legal de Bucaramanga nos mostraron unas fotos y pudimos hacer el reconocimiento del cadáver', explicó el hombre tras salir de un segundo reconocimiento del cuerpo de su hermano menor, esta vez, en persona cuando llegó a Barranquilla para llevárselo.

Según dijo a este medio, él y los cuatro hermanos que le quedan están bastante afectados por la noticia, pero mucho más lo está su mamá, quien espera poder velar a su hijo en el país que los acogió hace dos años cuando salieron de Valencia, estado Carabobo, en Venezuela.

Sin embargo, más allá del dolor, reconoce que la muerte le habría llegado a Nikol por 'juntarse con quienes no debía' y terminar involucrado en una guerra entre bandas delincuenciales.

'Cuando llegó acá, trabajaba en el mercado con mayoristas, pero de un momento a otro se cortó la comunicación con él. No sabemos si en realidad el perteneció a un grupo delictivo acá y, si fue así, pues lamentablemente él también resultó en el camino incorrecto. Ahora me toca hacer averiguaciones con la Policía para que nos den un resumen de qué pasó y que todo quede en manos de Dios y de la Justicia colombiana', concluyó.