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Cuando el patrullero Carrasquila y el intendente Artunduaga llegaron a su casa en el barrio Recreo de Sabanagrande, Enith Gazabón Serrano los saludó con un cálido choque de codos y una sonrisa que, si bien estaba cubierta con un tapabocas blanco, se le reflejó en los ojos. Ellos respondieron igual.

Era sábado por la tarde, los tres estaban decididos a ejecutar con su plan y el mundo parecía haberse confabulado a su favor. 

Por muy poco creíble que suene, al momento en que entraron los policías cargando las telas, los hilos y rollos de elástico; regresó la energía eléctrica a la casa de la mujer, que había aguantado el calor caribeño durante las últimas siete horas. 

Siendo así, los tres, junto con los demás miembros del Grupo de Prevención y Educación Ciudadana de la Policía de Atlántico (Preci), podían continuar elaborando los 2.000 tapabocas que regalarían a personas de escasos recursos en los municipios del departamento, para que se protejan en medio de la crisis por la expansión del nuevo coronavirus.

'Anoche alcanzamos a socializar y entregar unos 120 que hicimos durante el día. Alcanzamos a cortar unos para niño que íbamos a hacer desde temprano, pero no había luz y se había acabado el elástico. Menos mal que ya podemos seguir', dijo Enith, de 58 años, a sus compañeros y a EL HERALDO mientras recibía los materiales para empezar a trabajar.

Esta misión, una de las cientos que ha asumido durante los 21 años que lleva trabajando de la mano con la Policía de Atlántico, la aceptó sin pensarlo cuando la subteniente Any Rodríguez –coordinadora del grupo Preci de la Policía Deata– tocó a su puerta un par de días atrás. 

La subteniente Any le dijo que si se le medía a hacer los tapabocas. Los policías miembros del grupo Preci pondrían el dinero para los materiales y Enith, la mano de obra y su fiel máquina de coser.

'Ya yo tengo más de 20 años que vengo haciendo cualquier labor social. Donde me necesiten, ahí estoy. Es chévere y uno se enamora de lo que hace por eso acepté a cambio de nada', aseguró Enith mientras le indicaba a Carrasquilla y Artunduaga el lugar en el que estaba el jabón y el alcohol.