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Habían pasado solo minutos luego de que el reloj marcara las cuatro de la tarde y en las calles del barrio La Central, de Soledad, no había muchas personas. Fue entonces cuando se escucharon los disparos.

Muchos interrumpieron las reuniones en sus casas en el marco de un atípico Día de la Madre y salieron a ver qué pasaba, hallando en el piso a un hombre agonizando. Se trataba de Abel Antonio Flórez Pérez, de 26 años, que perdía sangre rápidamente a causa de los impactos de bala que había recibido.

De inmediato, llamaron a la Policía y la patrulla del cuadrante llegó. Los uniformados tuvieron que lidiar con los curiosos que se amontonaron alrededor de la víctima. Debían proteger la escena y, además, hacer cumplir el toque de queda que fue decretado en el municipio, debido a la expansión del nuevo coronavirus.

Por el herido, no pudieron hacer mucho. Antes de que llegara un vehículo para movilizarlo a algún centro asistencial, dio su último suspiro. La calle 68 con carrera 5 se llenó de más gente, incluso de algunos que intentaron desocupar los bolsillos del fallecido.

Las autoridades identificaron a la víctima, pero no pudieron recolectar muchas pistas sobre los asesinos, pues, como suele ocurrir en La Central, 'nadie vio nada'. Está vez la excusa —justificada o no— era el toque de queda.

Abel Antonio, de quién las autoridades no reportaron antecedentes judiciales, se convirtió en la cuarta víctima mortal de la violencia en Soledad durante el Día de la Madre, recordando que la medida que restringía la salida a la calle, ni la cuarentena por COVID-19, ahuyentaron la violencia que suele empañar cada año este celebrado fin de semana.

También se conoció de otro homicidio registrado este domingo en el barrio Carlos Meisel, un caso en el que, además, una persona resultó herida.