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'Para ellos, nosotros somos lo peor que hay', asegura Jessica Pérez Monterrosa al referirse a los patrulleros que hacen guardia en la Estación de Policía de Soledad 2000, donde su hermano, Anthony Jassir Pérez Monterrosa, y su cuñado, Jeison Enrique Julio Faillace, llevan más de un mes detenidos. Según ella, ambos hombres han encontrado en ese lugar un calvario, pues los maltratos y las duras condiciones en las que se encuentran agravan las heridas de bala que recibieron hace tres meses, cuando los capturaron.

Jessica explicó que Anthony y Jeison llegaron a la estación el 17 de abril, cuando estuvieron lo suficientemente fuertes para salir de los centros médicos en los que habían permanecido tras resultar heridos en una balacera que se registró en el barrio Ciudadela Metropolitana, de Soledad, el pasado mes de febrero.

Sin embargo, aseguró que las condiciones del traslado —en una camioneta de la Policía— no fueron apropiadas y que los dos hombres aún se encuentran en delicado estado de salud, el cual se ha agravado por las condiciones en las que se encuentran detenidos. Además, EL HERALDO conoció que, debido a la emergencia por COVID-19, actualmente está prohibido que los detenidos permanezcan en estaciones de Policía.

'Mi hermano y mi cuñado están completamente inmóviles, no pueden ni ir al baño solos, no pueden caminar. Casi todos los días debe ir una enfermera particular a cambiarlos y esos gastos los está asumiendo mi familia (…) A mi cuñado le golpearon en el rostro el martes porque discutió con un uniformado que les decía que la Policía tenía todo el derecho de matarlos'.

Jessica aseguró que los uniformados encargados de custodiar la estación de Policía también les han puesto trabas para que la enfermera contratada por su familia los atienda.

'Les dicen que ellos (los policías) son los que mandan ahí, que puede llegar la Defensoría del Pueblo y que nosotros (la familia) podíamos hacer lo que se nos diera la gana, pero que si ellos no daban permiso nadie podía ir a ver cómo estaban', indicó.