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Las disputas judiciales en el interior de la Universidad Metropolitana de Barranquilla, la Fundación Acosta Bendeck y del Hospital Universitario Metropolitano son, en sí mismas, un verdadero escándalo al que nadie quisiera asomar sus narices, no solo por la naturaleza jurídica de los casos, sino por tratarse de un conflicto familiar de dos bandos que llevan años luchando por tomar el control de esas instituciones.

Sin embargo, desde el pasado domingo, el nombre del senador Eduardo Pulgar parece haber salido desde una gran tómbola, en cuyo interior hay decenas de documentos, pruebas y demás elementos que acompañan el proceso de los Acosta Osío y los Jaller Raad.

El encargado de sacar el papelito fue el periodista Daniel Coronell, quien reveló uno audios donde presuntamente se oye al congresista Pulgar decir: 'A través de la Presidencia de la República y el Ministerio de Educación conseguí que finalmente ahí pusieran (en la rectoría de la Unimetro) a un tipo que ha estado antes en la universidad (Juan José Acosta Osío), que es sobrino del viejo Gabriel Acosta'.

Lo anterior, supuestamente, corresponde a un intento de soborno que el legislador intentaba hacerle al hoy exjuez Andrés Fernando Rodríguez Cáez, que ocupaba, hace unos años atrás, provisionalmente el puesto como juez primero promiscuo municipal de Usiacurí. La intención era favorecer a Luis Fernando Acosta Osío, ex cónsul honorario de Polonia, y a su hermano Juan José para que fallara a favor de ellos y dejar que este último tomara, en firme, la rectoría de la universidad.

El supuesto soborno es especialmente alarmante en medio de un proceso al que, luego de cuatro años de disputa jurídica y familiar, parece que solo se le agregan páginas. Uno tras otro, los folios que desde 2016 han acumulado los juristas parecen estar convirtiéndose en una historia sin fin.

En este caso, como si fuera una novela, los problemas comenzaron en el seno de una familia muy costeña y acomodada. El médico otorrinolaringólogo y senador Gabriel Acosta Bendeck y su primera esposa, Sofía Acero de Acosta, tuvieron una idea: crear la Fundación Acosta Bendeck, a partir de la cual nació la Universidad Metropolitana de Barranquilla en 1973 y el Hospital Metropolitano, cuatro años más tarde.

En su momento, las aspiraciones políticas de Gabriel Acosta Bendeck llevaron a que la rectoría de Unimetro quedara a cargo de su hermano Eduardo Acosta Bendeck, quien estuvo en el cargo por 35 años, durante los cuales la institución alcanzó prestigio y reconocimiento a nivel nacional.