Si bien Valeria Arrieta llegó al sufrimiento en contra de su voluntad, fue su decisión convertirse en guerrera. A sus 19 años, la estudiante de Derecho de la Universidad del Atlántico decidió no ocultar el sufrimiento que le ha causado el haber sido víctima de Luis Miguel Caro Pérez, un hombre señalado por la Fiscalía como un depredador sexual que opera, sobre todo, en el norte de Barranquilla.
Según contó a EL HERALDO, cuando este medio hizo público el historial de agresiones sexuales de Caro Pérez, 'no pudo creer' cómo el hombre que la había violado el pasado domingo 2 de agosto, y que también había accedido carnalmente a otras mujeres, continuara en la calle siendo 'un peligro para la sociedad, para las mujeres, para todos'.
Relató que esa madrugada se encontraba limpiando el patio de la casa en el barrio El Golf, en la que vive con su novio, luego de una dura jornada laboral en el puesto de comidas rápidas que tienen en la vivienda. Los perros estaban en la terraza y ella, en la oscuridad de su propia casa, estaba sola.
'Cuando estoy limpiando veo a ese hombre y automáticamente entro en pánico –contó Valeria–. Me entró un escalofrío que lo único que podía gesticular era ‘por favor no me haga nada’. Es muy diferente cuando te encuentras un hombre así en la calle y te sientes amenazada, pero cuando es en tu casa... Yo sentía que me iba a matar'.
Entonces, el hombre que había salido de la oscuridad, amenazándola con un pico de botella, la llevó a su cuarto, y no precisamente para huir de la Policía, como le había dicho.
'Ahí sí quedo totalmente petrificada. Entro al cuarto, me viola, luego coge mis pertenencias, el efectivo que había producido ese día el negocio y un celular que estaba a la vista', relató Valeria sobre los 30 minutos que estuvo con el agresor.
'Todo el tiempo me amenazó con el pico de botella. Temía por mi vida y no puse resistencia. Cuando trataba de gritar me acercaba el pico de botella. Todo el tiempo me decía que me iba a chuzar', confesó.
Luego él huyó y ella, más sola que nunca, empezó a luchar por Justicia.
Valeria aseguró que cuando se vio fuera de peligro tomó su teléfono –que el agresor no alcanzó a ver– y llamó a su suegra y a su novio, quienes hicieron lo posible para que el hombre fuera capturado.
Ese día, a Valeria la trasladaron al Hospital Niño Jesús, donde luego de exámenes médicos se confirmó el abuso y le fueron recetados varios medicamentos.
Hoy, Caro Pérez está tras las rejas de manera preventiva, a la espera de que continúen los cinco procesos judiciales en su contra por delitos sexuales. Mientras tanto, para Valeria, más que una catarsis, el objetivo de contar su historia es 'no permitir que la Justicia vuelva a fallar' y evitar que haya más víctimas del ‘Depredador’.
'Salgo a la luz para poder ejercer una presión grande, este hombre no puede volver a salir, busco que se tome el proceso en serio, que se tome el proceso como un depredador sexual, un abusador sexual, como un peligro para la sociedad', manifestó Valeria.
'y sé que podré vivir mi duelo como tal cuando esté tranquila de que ese hombre no volverá a salir', concluyó.