Un cuarto con paredes azules y blancas, una cama individual como asiento y un escritorio con un monitor son las características más relevantes de la 'oficina' donde trabaja *Leticia desde abril pasado.
Ella se dirige todos los días desde su casa, en el sur de Barranquilla, hacia el municipio vecino de Soledad, en donde está su lugar de trabajo. Sale con el cabello recogido, sin maquillaje, jean y una franela 'cualquiera'. 'Cuando llego al trabajo es que me arreglo y me pongo lo más bonita que puedo', dice la mujer.
Leticia nació en Caracas, Venezuela, hace 23 años y lleva viviendo en la capital del Atlántico casi dos. Cuando llegó comenzó a trabajar en una venta de ropa y calzado en el Centro de Barranquilla, pero la emergencia sanitaria a causa de la pandemia la dejó sin empleo.
'Desde que llegué acá he ayudado a mi familia en Venezuela, quedé sin trabajo a finales de marzo y unos amigos me dijeron que era bonita y que podría ganar dinero sin mucho esfuerzo. De inmediato supe que estaba relacionado con alguna actividad sexual. Me dijeron que no debía mantener encuentros físicos, sino que todo era por internet', contó Leticia a este medio.
La idea a la mujer le quedó sonando. No le pedían experiencia y solo debía ser 'amable' y 'sexy' con los clientes. 'Acepté y comencé desde entonces en este trabajo, pero creo que quien no esté preparado para esto es mejor que no lo haga. Yo sigo sin estarlo y prima la necesidad por sostener a mi familia. Es muy feo lo que acá se vive', manifiesta.
El reclutamiento
Leticia llega a su 'oficina', se suelta el cabello, se maquilla y se pone ropa 'sexy'. En menos de 15 minutos la joven se convierte en una modelo webcam. Junto a ella hay otras personas (mujeres y hombres) que están allí luego de atender el llamado de convocatorias que se realizaron a través de redes sociales.
'Creo que quienes quisieran trabajar en este negocio deben tener claro que pocas veces un sitio de este tipo convoca por redes sociales. Sé que acá es ilegal, sé que hay muchas cosas que están mal, pero de esta forma he podido enviarle dinero a mi familia en medio de esta emergencia. También tengo claro que todo esto será temporal', detalla la mujer.
Cuando Leticia se refiere a lo feo que es estar en ese room, describe que le ha tocado hacer cosas que jamás creyó hacer frente a una cámara. 'Imagínense que las personas te pidan hacer cosas aberrantes y sádicas, eso es una locura. Hay a quienes les gusta, pero yo siempre pongo freno. El jefe dice que por eso gano poca plata. Yo puedo acumular tres millones de pesos mensuales, pero el 70% de esa plata es para el administrador y yo solo me quedo con el 30%', detalla.
En medio de la pandemia, fueron decenas las cuentas que se abrieron en redes sociales para incentivar el reclutamiento de modelos webcam, pero esa forma de convocatoria es cuestionada por muchas de las agencias que operan dentro de la legalidad, pues señalan que esas mujeres 'son obligadas a trabajar' por poco dinero y en condiciones poco óptimas.
Varias de esas convocatorias fueron realizadas en cuentas que geográficamente estaban ubicadas en Barranquilla y Soledad. Un una fuente judicial indicó a este medio que precisamente están tras la pista de, al menos, 280 estudios webcam que operan desde la clandestinidad en la capital del Atlántico y en el referido municipio.
'Donde yo trabajo hay hasta menores de edad, mujeres y hombres indocumentados, donde claramente se trabaja desde la ilegalidad. Eso genera temor, porque uno está expuesto a un operativo policial y puede quedar inmerso en un proceso de deportación', resalta Leticia.
La mujer señala que hay clientes que piden la realización de fiestas sexuales en las que pueden llegar a estar 10 modelos. 'En los cuartos muchas veces las personas demoran hasta 12 horas en una de esas fiestas, allí ellos deben ingerir licor y drogas. Son prácticamente orgías que se transmiten en vivo para satisfacer a los clientes', dice.
Una delgada línea
Darío Sánchez, director de la Asociación del Comercio Electrónico Para Adultos (Asocea) y de la Federación del Comercio Electrónico para Adultos, señaló que es poco probable que un usuario se dé cuenta si el servicio que está usando es legal o ilegal, debido a que el consumo final es prácticamente el mismo.
Pero de cara a las autoridades la realidad es distinta, ya que este tipo de negocios deben acatar una serie de requisitos que, si bien no están reglamentados mediante ley, deben ser cumplidos para evitar ser multados, cerrados y hasta terminar con su administrador tras las rejas.
'Como federación nosotros nos acogemos a la Ley de crecimiento económico de diciembre de 2019, la cual en su artículo 73, parágrafo 3, nos hace ver como agentes de retención, al ser exportadores de servicios de entretenimiento para adultos a través del sistema webcam, debido a que las modelos están en Colombia y el cliente final está fuera del país', explica Sánchez.
El directivo indicó que dicha retención corresponde al 4% de la ganancia o ingresos, es decir que las casi 150 empresas de este tipo que conforman la federación aportan anualmente un estimado de $35.000 millones, sin contar el pago de impuestos que realizan las modelos por sus ganancias netas anuales.
'Nosotros guiamos a las empresas para que hagan las cosas bien, dándole cumplimento a las licencias de funcionamiento, cumplimiento del uso correcto de suelo, permisos de salud pública y de Sayco y Acinpro y licencias de computación tal y como lo hace una empresa normal dentro de algún sector comercial en el país', detalla Sánchez.
Indicó el dirigente que ante la dirección de delitos informáticos de la Sijín reportan el perfil de las personas que están dentro de la actividad, es decir entregan información con relación a la edad de las trabajadoras, y en el caso de ser extranjero suministran la documentación correspondiente.
Ahora bien, el dirigente reconoce la falta de una ley que 'ponga las reglas claras del juego' para poder, como federación, sancionar a aquellas empresas que 'no realicen buenas prácticas'.
Manifiesta Sánchez que es responsabilidad de la Policía realizar la vigilancia a los locales que tengan personal indocumentado o a extranjeros sin permisos. 'El Código de Policía les da facultades para regular y hasta desmantelar este tipo de negocios que operen desde la ilegalidad', manifiesta Sánchez.
*Nombre cambiado para resguardar la identidad de la persona.