Son famosas las tenebrosas historias de muertos que por estos días de octubre se cuentan en las conversaciones de amigos o las charlas y chanzas de los más pequeños, pero lo que se vivió la mañana de este lunes en Sabanalarga fue más allá de un cuento de terror: hallaron una calavera.
Fue en la carrera 16 con calle 30, urbanización San Carlos, donde un reciclador que se encontraba revisando una por una las bolsas repletas de basura metió su mano hasta el fondo de una de estas y tocó lo que le pareció un material reciclable.
Al extraerlo de entre los desechos, se dio cuenta de que era hueso humano y de inmediato lo puso en el piso. La escena no pudo ser distinta a la descrita por el poeta Gabriel Escorcia Gravini en ‘La miseria humana’. El pavor y frío sobre el que escribió Gravini debió ser el mismo del reciclador al ver la calavera.
Rápidamente la noticia se regó en la cuadra, en la manzana y pronto en el barrio entero. La curiosidad fue más fuerte que el pudor y el autocuidado y en un santiamén el lugar se llenó de curiosos que atiborraron la acera. Todos querían ver el cráneo, querían capturar con sus celulares un pedacito de la escabrosa historia que parecía sacada de un libro de Robert Lawrence Stine.
Quizá las preguntas de Gravini en su poema: ¿Dónde está la carne aquella que te dio hermosura bella cual lirio de primavera? ¿Dónde está tu cabellera tan frágil y tan liviana? ¿Dónde está la masa gris de tu cerebro pensante, dónde está tu bello semblante y tus mejillas rosadas que a besos en noche helada quiso comerse un amante…? nunca serán contestadas, pero lo que sí tratan de establecer las autoridades es de dónde salió ese cráneo, quien lo tiró a la basura y por qué.
Por eso, acordonaron el sector e hicieron que miembros de criminalísticas llevaran la calavera a Medicina Legal y de esta manera darle una respuesta científica para poder apaciguar las escalofriantes teorías de la gente del pueblo.