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Sentado en una mecedora blanca, el patrullero Hader Ternera Gómez recordó los segundos en los que su vida y las de dos de sus compañeros estuvieron en riesgo. 'Vimos la cosa difícil. Sentimos miedo', así describió el instante en que sus ojos vieron una granada de fragmentación que estaba a punto de estallar prácticamente debajo de él.

Ternera, su compañero de patrulla y un patrullero de la Seccional de Tránsito y Transporte habían iniciado una persecución contra una moto azul en la que iban dos hombres a quienes la comunidad señaló de sospechosos. Eran aproximadamente las 8:12 de la noche del domingo.

Iban por la calle 50 a toda velocidad tras los delincuentes y unos metros antes de llegar a la carrera 36, los uniformados vieron cuando uno de los sujetos les lanzó algo.

'Más adelante aceleran la moto, dejan caer algún elemento, pensamos que era un arma de fuego, pero al pasar por encima de ella nos dimos cuenta de que era una granada que estaba rodando, la habían activado', recordó el patrullero.

Fue en ese instante en que el miedo se apoderó de los tres policías, sin embargo, el entrenamiento los hizo reaccionar rápidamente. Los conductores aceleraron las motos y lograron pasar al lado del explosivo unas milésimas de segundo antes de que este estallara.

'Fue un momento difícil, de miedo. Veíamos la granada en el piso y, como íbamos a velocidad, no podíamos parar ni ir a otro lado, sino pasar por encima de ella. Afortunadamente no explotó cuando íbamos pasando encima de ella', afirmó el uniformado.