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'¡Wilman, wilman!', fue el llamado de alerta de Lorenzo para indicar que un voraz incendio estaba acabando con su vida y las pertenencias de la familia que lo adoptó en el barrio La Victoria, en Barranquilla.

El dueño de Lorenzo, Wilman Pinedo Medina, de 60 años, se encontraba durmiendo a las 6:00 de la mañana de este lunes cuando de un momento a otro se despertó y se preguntó por qué el loro repetía su nombre, pero pudo más el sueño del hombre que el llamado de su lorito y de nuevo se acostó.

Al cabo de media hora le entró la llamada 'salvadora', una vecina le dijo con desesperación que estaba saliendo una humareda de su casa y de inmediato el comerciante, sin pensarlo dos veces, se levantó de la comodidad de su cama y corrió hacia la puerta del cuarto. 'Cuando abrí la puerta para salir, vi el humo por todas partes y enseguida cerré la puerta para ver por dónde podíamos salir, ahí fue que me asomé al balcón para que los vecinos me ayudaran a salir junto con mi esposa', relató el afectado.

Wilman aseguró que como pudo despertó a su pareja, abrió la ventana del balcón y comenzó a pedir auxilio. Precisó que al lado de su casa se encontraban haciendo una obra y los constructores, al ver la desesperación de este y su mujer, se montaron al plafón de la casa que reparaban y agarraron varias varillas para romper las rejas del balcón. 'Cuando partieron eso primero ayudaron a salir mi mujer y luego salí yo. Nos sentamos a coger aire en el plafón de la otra casa mientras esperábamos a los bomberos para ponernos a salvo', indicó.

Luego de estar seguros, a lo lejos escucharon las sirenas de los bomberos. Los socorristas sacaron las mangueras y con la ayuda del dueño de casa entraron para tratar de salvar la mayor cantidad de enseres posibles y evitar que el fuego se extendiera. Detrás de ellos iba Wilman, a quien le preocupaba más el estado de su loro Lorenzo que cualquier otra cosa dentro de la vivienda.

Sin embargo, solo pudo llegar hasta la sala del primer piso, pues los bomberos le dijeron que era muy peligroso seguir avanzando.

'Dijeron que todavía había mucho humo, por lo que me podía afixiar y por eso decidieron que lo mejor era esperar afuera', recordó. El hombre se sintió triste y desconsolado, pues su amigo ‘Lore’, como le decía de cariño, no se escuchó más.

Wilman tuvo que esperar que todo fuese controlado y apenas las llamas fueron apagadas, entró como un ‘loco’ a ver si Lorenzo estaba vivo, pero al llegar a la diminuta jaula, se percató de que su amigo fiel había pasado a mejor vida.

Según el afectado, una de las hipótesis que manejan las autoridades es que la conflagración ocurrió por un corto circuito de un ventilador que quedó encendido toda la noche en uno de los cuartos de la vivienda.

Lo que las llamas consumieron, según el propietario de la vivienda, podría alcanzar los 30 millones de pesos, pero hasta el cierre de esta edición, continuaban haciendo el avalúo.