Compartir:

Caos. Eso fue lo que desató el lanzamiento de una granada la mañana de este sábado en medio de una persecución policial en pleno Centro de Barranquilla. Las personas, entre comerciantes y transeúntes, creían que se trataba de una bomba y corrían de un lado a otro.

La Policía Metropolitana de Barranquilla informó que este artefacto explosivo fue lanzado por un hombre que iba a bordo de una motocicleta y era requerido por una patrulla del cuadrante Centro Histórico adscrita al CAI San José.

El comandante de la Policía en esta capital, general Diego Rosero, en diálogo con EL HERALDO entregó detalles de lo ocurrido.

'Un hombre estaba en actitud sospechosa, este emprende la huida al ver el requerimiento policial y en el recorrido de escape lanza un objeto y los policías que lo están persiguiendo suponen que se trata de un elemento peligroso, detienen su marcha, aseguran el lugar, antiexplosivos llegan y efectivamente determinan que es una granada que no detonó', precisó.

El perímetro de la calle 35 con carrera 39 fue acordonado por las autoridades judiciales que atendieron el caso. Fue necesaria la presencia del grupo antiexplosivos de la Policía junto con los caninos, que ayudaron a descartar una posible amenaza de bomba.

Un testigo sostuvo que 'el hombre iba en una moto embalado y los policías detrás. En medio de la vaina les tiraron una granada que terminó en unas conchas de coco que había en la esquina'.

En medio de su relato, el hombre agregó que 'todas las personas salieron corriendo porque el otro día por la calle de La Paz tiraron otra y uno quedó con la psicosis. Los locales que están por aquí todos tuvieron que cerrar y salir de ahí'.

EL HERALDO conoció que tras el lanzamiento de este artefacto, se inició una persecución por varias cuadras, pero no hubo ninguna captura. Aunque la Policía no lo ha confirmado, fuentes cercanas a las investigaciones le aseguraron a este medio que la granada de fragmentación que lanzaron sería una IM-26.

Hasta el lugar también llegaron uniformados del Gaula de la Policía, quienes se colocaron al frente de la situación, pues en ese sector de la capital del Atlántico es donde se ve con más frecuencia el flagelo de la extorsión.