Las nubes grises lo habían advertido, un fuerte aguacero caería en cualquier momento sobre las calles de uno de los populares barrios del sur de Barranquilla. Con las primeras gotas, los moradores empezaron a refugiarse en sus casas, mientras que varios jóvenes salieron a las calles a cumplirle la cita al vandalismo.
Dos grupos de muchachos se encontraron cara a cara y entonces el agua pasó a un segundo plano y las piedras y palos ganaron protagonismo. Las dos pandillas se enfrentaron como si se tratara de una guerra entre vikingos. Entre esa ola de juventud exacerbada, alguien sacó un arma de fuego de esas a las que les llaman ‘chopo’, le apuntó a uno de los contrincantes y sin pudor, con un solo movimiento de su dedo índice, la accionó.
Por fortuna el proyectil pasó a centímetros del joven y de inmediato llegaron los policías, quienes acabaron la riña y se llevaron al pandillero que manipuló el arma, la cual fue decomisada. Al rato, el aguacero se acabó y los vecinos rogaron para que con el próximo no ocurriera una batalla similar.
Esta problemática resumida en las líneas anteriores devela la facilidad para adquirir este tipo de armas artesanales, además de su elaboración. Estas son utilizadas principalmente por pandilleros y delincuentes comunes para defender sus fronteras imaginarias y cometer atracos, especialmente en buses.
‘Hechizas’
Las armas ‘hechizas’ y las artesanales son distintas, aunque la funcionalidad es la misma. En las primeras combinan piezas originales y artesanales. Por ejemplo, a un cañón de un revólver Smith & Wesson lo montan sobre un cuerpo fabricado de forma artesanal en un torno metalúrgico. Mientras que en la segunda todas las piezas son improvisadas.
'Las originales que vienen de fábrica vienen con estándares de seguridad y mecanismos de disparos seguros. Las ‘hechizas’ son una mezcla de armas originales y piezas creadas en un taller de forma rudimentaria que reemplazan el percutor o el disparador, que es una pieza donde hacen el molde, la pulen para que se asemeje y haga la función de una pieza original. Las artesanales sí son de piezas que nunca han sido parte de un arma, sino complemente rudimentarias', explicó el intendente Alexander Garizábalo Camargo, jefe del gabinete de balística de la Sijín de la Policía Metropolitana de Barranquilla.
El suboficial también resaltó que quienes fabrican estas armas buscan que terminen siendo compatibles con munición calibre nueve milímetros o 38, ya que estas balas son las más comerciales.
'Emplean piezas en hierro, las cuales moldean para sacar una especie de percutor, supliendo así el de un arma de fuego original, con un supuesto impulsor que puede ser un resorte y a eso le agregan una empuñadura para que parezca un arma real', detalló Garizábalo Camargo.