La banda operaba en toda Barranquilla, 'desde el norte hasta el sur', pero también tenía sus tentáculos en Galapa, Baranoa y Soledad. Amenazaban de muerte a las víctimas (especialmente de escasos recursos) cuando incumplían las elevadas cuotas de interés, lo que generaba temor y zozobra en los habitantes de esta región del país.
Esa era la estrategia y el radio de acción de una banda que por varios años se dedicó, según la Policía, a la modalidad de ‘gota a gota’ y que logró armar un emporio económico con la capacidad de lavar más de $10 mil millones, alcanzando a recaudar diariamente montos aproximados de $18 millones.