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La temida red de ‘pagadiarios’ que fue desmantelada en Atlántico 'estaba muy bien estructurada'. Tenía desde unos gerentes hasta personas encargadas de realizar 'el trabajo sucio', es decir quienes atemorizaban y amenazaban a más de 3.600 personas en el Atlántico que se las veían difícil para poder pagar los microcréditos que la organización les otorgaba.

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Esta figura dentro de la organización se le conocía como ‘los retacadores’ y estás actuaban una vez que las acciones de presión que ejercía el cobrador llegaban a su fin.

Una fuente ligada al proceso de investigación le contó a EL HERALDO que el seguimiento que se le hizo a la red permitió evidenciar ‘el modus operandi’ de la organización, así como entender los roles de todos los actores dentro de la estructura.

'El ‘retacador’ era quien actuaba una vez que el cobrador se cansaba de tener problemas con la víctima. Entonces esta persona entraba a operar. Muchas veces hacía uso de armas de fuego para poder intimidar a los clientes para que pagaran', contó el investigador.

Este mecanismo de presión en la mayoría de los casos se ejercía de manera presencial y pocas veces se hacía a través de llamadas telefónicas. 'Incluso esta persona tenía una características físicas definidas: altas, corpulentas con la intención de darle mayor peso a la intimidación', dijo el investigador.

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El centro de operaciones de esta organización estaba ubicado en un edificio de la calle 72 con carrera 41B y tenía un organigrama empresarial bien definido compuesto por coordinadores de 18 rutas, que concentraba cerca de 200 clientes cada uno, es decir que el número de víctimas asciende a 3.600

Por su parte, el director de Investigación Criminal e Interpol (Dijín), mayor general, Fernando Murillo, manifestó que las denuncias de las víctimas fueron vitales para arrancar la investigación que dio como resultado la caída de la red de ‘pagadiarios’.

'Después de la denuncias de algunas víctimas que habían sido amenazadas en contra de su integridad y de su vida, es que se desarrolla toda esta operación investigativa', precisó el general Murillo.

El alto uniformado precisó que las labores de indagación demoraron 36 meses. 'Se hizo e interceptaciones telefónicas que desarrolló la Dijín y se pudo identificar a la pareja de esposos ‘Los Patrones’, quienes a través de un aplicativo controlaban el cobro y los recaudos que hacían las personas que trabajaban para ello', señaló el director de la Dijín.

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Este medio conoció que el seguimiento que se le hizo a la red permitió evidenciar ‘el modus operandi’ de la organización de la que fueron capturadas 11 personas.

'Se identificaron rutas de cobros y los roles de cada integrante dentro de la organización, además de los  lugar donde recolectaban el dinero. De igual manera se pudo establecer como introdujeron los dineros obtenidos de dicha actividad ilícita al torrente financiero con la finalidad de dar apariencia de legalidad', precisó la fuente.

La red logró armar un emporio económico con la capacidad de lavar más de $10 mil millones, alcanzando a recaudar diariamente montos aproximados de $18 millones.

La Dijín estima que este fenómeno del ‘pagadiario’ 'ha mutado' y en base a las ganancias exorbitantes que pueden obtener las organizaciones delincuenciales 'se estima la existencia de más organizaciones dedicadas a estos delitos'.

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