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La inseguridad no distingue religión. En 12 días se registraron robos en al menos tres parroquias de Barranquilla, una muestra de este grave flagelo que sin duda afecta a la comunidad católica.

La modalidad que utilizaron los ladrones para delinquir en estos templos fue el mismo: aprovechar la soledad y el silencio de la madrugada, ingresar y llevarse los objetos de valor que encontraron a su paso.

Así sucedió en la Catedral Metropolitana María Reina el pasado 6 de mayo; cuatro días después, en la Santa Clara de Asís, en el barrio Nueva Colombia; y este lunes, en el templo de San Roque, donde su sacerdote, Alex René Rodríguez, se llevó una sorpresa cuando llegó a la iglesia para celebrar la misa de siete de la mañana y se dio cuenta de que desconocidos, momentos antes, habían ingresado a la parroquia, llevándose varios artículos de valor.