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Solamente bastó con que cayera la noche el viernes para que el temor se apoderara de parte de la zona sur de Barranquilla. Apenas eran las seis cuando la marcha pacífica, que comenzó en horas de la tarde y recorrió diferentes sectores de la ciudad, culminó en la cancha del barrio Cevillar.

Los manifestantes se fueron a sus hogares. Sin embargo, otras personas que se habían infiltrado desde tempranas horas en el recorrido, cuando tuvieron la oportunidad, vandalizaron y saquearon almacenes de cadena, cuatro estaciones de Transmetro, un parqueadero de motos y un CAI.

Una de las primeras acciones que tomaron los vándalos tras acabar la manifestación fue pintar un grafiti en una pared situada a un costado de la cancha de Cevillar. En ella, grabaron el mensaje: 'El pueblo no se rinde, carajo'.

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'Apenas vimos ese poco de gente allá no pensamos ni imaginamos nada, pero cuando ya se estaban esparciendo vimos ese mensaje en grande', detalló un morador del sector, quien aún en la mañana de este sábado no salía del asombro.