A cualquier hora si usted estaba por acá lo atracaban, eso era una cosa impresionante'. Con esta frase resume María Barrera, una habitante del barrio Las Américas, de Barranquilla, cuando le preguntan cómo era la situación de seguridad del sector hace unos meses. Hoy asegura que las cosas han cambiado 'del cielo a la tierra'.
En la actualidad, con la ayuda de las autoridades civiles, pero también por el apoyo de la Policía de Barranquilla a través de la recién lanzada estrategia de Policía de Vecindario, la situación, asegura la mujer, va por buen rumbo.
'Antes, esto que pasaba por este sector era invivible, pero con el pasar del tiempo la pavimentación de las vías y las estrategias que ha implementado la Policía nos han ayudado a mejorar el entorno y poder trabajar con los niños y jóvenes con el fin de que sirvan a la sociedad', dice la mujer en diálogo con EL HERALDO.
María, quien es ama de casa y madre de cinco hijos que hoy son profesionales, asegura que durante los 35 años que lleva viviendo en el sector los 'blindó' de lo que ella llama 'los malos pasos'.
'Muchos de los muchachos que son de la edad de mis hijos hoy están presos, otros sin vida y eso me ha impulsado a trabajar por el bienestar de esta generación y dejar una semilla para las que vienen', afirma.
Los enfrentamientos entre pandillas también han mermado gracias al trabajo de mediación que han venido adelantando en el sector las autoridades junto con los vecinos.
'Los conflictos entre los muchachos de diferentes cuadras eran también el pan de cada día , porque uno no podía pasar para allá y los de allá para acá. Desde que designaron a este grupo de uniformados las cosas han ido mejorando porque se sumaron a la mediación que se estaba realizando en el barrio porque cada vez que podían se enfrentaban a piedras', agrega Barrera.
Los recorridos
Los uniformados recorren las calles del sector con sus cascos de protección y en unas bicicletas de color verde. No van a mucha velocidad, pues buscan crear lazos de unión con la comunidad, sentirse en familia, pero también evitar que se registren hechos que lamentar. Es una tarea ardua porque ni el inclemente sol barranquillero detiene su labor.
'La llegada de este nuevo grupo de la Policía ha sido bueno porque están trabajando por la niñez y la juventud del sector que se ve expuesto a las cosas que no son buenas', manifiesta Jazmine De la Cruz, otra residente del sector que apoya a la Policía Cívica que trabaja con los niños y adolescentes del barrio.
Orgullosa y feliz se ve a Jazmine al decir que ya puede departir con sus familiares en la terraza de su casa, que por muchos años pareciera que hubiese sido algo prohibido.
'Ya nos podemos sentar en las terrazas de nuestras casas con los celulares y con nuestros familiares. Antes eso no se podía hacer porque enseguida llegaba una moto y atracaban. Incluso, los policías llegan, se sientan con nosotros a compartir y eso ha hecho que haya un grado de respeto hacia ellos que antes no había en el barrio', comenta la mujer.
Rigoberto Rojano lleva 55 años viviendo en la zona y se conoce como la palma de su mano cada calle de su barrio, que lo ha visto envejecer, al igual que las problemáticas que se han venido presentando y que la mayoría hoy son historia.
'Este barrio siempre ha tenido sus problemas de inseguridad por su ubicación que está rodeado de sectores que son complejos y por ende también se afecta. Los atracos que ocurrían por acá los cometían personas que no son residentes de aquí, entonces, uno no podía hacer nada porque no los conocía ni nada', asevera Rojano.
De igual manera, añade que los policiales al ser llamados por los constantes casos de inseguridad no llegaban de manera oportuna por la complejidad del cuadrante que tenían a cargo.
'En su momento, uno llamaba a la Policía y demoraban en llegar porque estaban atendiendo otros casos, pero ahora que nos colocaron a los uniformados en bicicleta el cambio ha sido notorio porque tienen más contacto con la comunidad a pesar de la covid-19', afirma.
El hombre dice que es 'una fortuna' tener a este grupo trabajando en su comunidad.
'Ellos parecen unas hormigas porque primero los ve aquí y medio se descuida y ya están interactuando con los vecinos de las otras cuadras, y así hemos logrado que el barrio mejore su imagen porque antes usted decía Las Américas y la gente lo asociaba con peleas, muertos y con atracos, estamos trabajando para que Barranquilla se dé cuenta de que acá hay gente profesional, decente y que sale adelante con trabajos honrados', puntualiza.
Así como Las Américas se ha visto beneficiado, el propósito de la Policía en un trabajo coordinado con la Alcaldía de Barranquilla es poder vincular a todos los barrios de la ciudad para que así la delincuencia y malos hábitos no tengan cabida.