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Cuenta la leyenda que cuando los colonizadores españoles entraron a conquistar América Central ingresaron por lo que hoy conocemos como el temido Tapón del Darién. La aterradora y selvática frontera colombo-panameña, que es conocida como la selva más peligrosa del mundo y que hoy es un corredor de tránsito de migrantes, fue testigo de aquellas luchas y es, quizás, ese peso histórico parte de la mística que enloda a la imponente selva.

La leyenda también narra que transitar por el Darién es caminar de la mano con la muerte, que debajo del espeso matorral que rodea los 20.000 kilómetros cuadrados de bosque que lo comprenden hay sepultados conquistadores españoles, exploradores vascos y migrantes de todas las nacionalidades que no lograron sobrevivir a los desafíos de la naturaleza.

Dicen que lo más temeroso de adentrarse en el Darién es enfrentarse a animales salvajes, enfermedades tropicales y todo tipo de plagas selváticas. Sin embargo, un nuevo enemigo, mucho más sigiloso y peligroso, acecha a quienes se ven obligados a emprender ese destino: los grupos armados ilegales.