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Aunque el ‘Bajo Manhattan’ en el barrio Siete de Abril, sur de Barranquilla, está custodiado por uniformados de la Policía Metropolitana, sus habitantes aseguran que su presencia 'no es garantía' para que el conflicto acabe, pues esta problemática lleva un poco más de 10 años y aún las autoridades es poco lo que han hecho.

Un hombre que se gana la vida como reciclador y que vive en la zona desde hace siete años se atrevió a contar –bajo el anonimato– cómo funcionan las ‘fronteras invisibles’ en esa zona de la ciudad que está permeada por la extorsión, la venta de estupefacientes y las violentas riñas.

'Acá el barrio tiene dos partes altas y lo bajo es como el centro, donde también hay casas. Una de esas zonas altas colinda con la 40, una zona que es donde viven los del otro bando que están enfrentados con ‘los de Abajo’ por el homicidio de uno de los integrantes de ‘los de la 40’. Todo esa disputa desató toda la guerra que ha hecho que salgamos del barrio', precisó.

El hombre explicó que los ataques a bala entre ambos bandos se desatan cuando uno de los integrantes de dichos grupos pasa la denominada ‘frontera invisible’ o líneas imaginarias.

'Cada vez que eso pasa las balas y las piedras llueven sobre las casas de acá del ‘Bajo Manhattan’ porque ‘los de la 40’ tienen más ventaja, ya que están desde una parte alta, entonces uno queda en la mitad de su guerra', detalló.

El hombre de 45 años pide que haya una solución de fondo y 'no pañitos de agua tibia como lo es siempre'.

Desde el terreno. María Cedeño, defensora de derechos humanos, quien llegó a atender la situación de la zona, sostuvo que la comunidad solicita una actuación oportuna por parte de la institucionalidad y que todo no solo quede en palabras ante los medios de comunicación.