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Jairo Medina Vega dio su versión sobre el crimen de Liliana Segovia Navarro y esta semana aceptó los cargos imputados por la Fiscalía por homicidio agravado, hurto calificado y transferencia no consentida de activos. Eso le valió una rebaja de pena y, más allá, una sentencia anticipada. Sin embargo, todavía hay elementos basados en tiempo, modo y lugar, que no coinciden con el testimonio de este hombre, de 30 años, y deja una ventana abierta para que las autoridades continúen investigando a fondo el caso.

La existencia o la historia de la mujer, de 36 años y or iunda de Mompox, Bolívar, fue conocida por los medios desde el martes 1 de marzo cuando se emitió una circular con sus datos y una fotografía de su rostro desde el Grupo de Búsqueda de Personas Desaparecidas del CTI de la Fiscalía, tras denuncia interpuesta por su desaparición.

Un día después, su cuerpo sin vida fue hallado con bolsa y cinta en su cabeza en un sector enmontado, perteneciente a una finca, del municipio de Tubará.

Un familiar, testigo de la diligencia de levantamiento realizada por peritos de la Sijín y la Fiscalía, pidió en ese momento una pronta investigación para dar con el o los responsables de segarle la vida a la mujer.