Fue una de las 67 víctimas mortales que se registraron en marzo de este año. Su crimen pasó a ser uno más, atribuido por fuentes judiciales a un posible ajuste de cuentas por presuntas retaliaciones al ser señalado como un miembro de una banda delictiva.
Una simple regla de tres aterrizó la investigación de su homicidio, pues registraba anotaciones y fue fácil resaltarlas para las autoridades, omitiendo reseñar lo que quizá podría estar detrás de lo ocurrido.
La muerte de Daniel Arturo Sanz Del Vecchio, como dirían por ahí, pasó de agache. El hombre había sido baleado a manos de sujetos armados que se movilizaban en una moto cuando este se encontraba en una esquina del barrio Los Andes. Se dijo que estaba solo al momento del atentado.
Ese episodio se registró en la carrera 23 con calle 63, del mencionado sector del sur de Barranquilla, a eso de las 8:54 de la noche del pasado 4 de marzo.