El sentir de una madre es algo que pocos en la faz de la tierra entienden; y el dolor de la pérdida de un hijo mucho menos. Ayer se cumplieron 10 años de un atroz crimen que consternó a todo el municipio de Baranoa: la desaparición y el asesinato de Angie Paola Ortega, de nueve años en el 2012.
Para Ana Ortega, madre de Angie, los lapsus en su mente son costumbre, perderse de la realidad para pensar en su hija son momentos que su familia comprende a la perfección. La mujer solo repite que su pequeña ahora tuviese 19 años y, probablemente, 'ahora mismo estuviera realizando sus sueños, estaría estudiando para ser una gran pediatra o profesora, porque ella me lo decía y porque le gustaban mucho los niños, a pesar de que mi princesa tenía nueve años siempre cargaba a los bebés y socializaba con ellos'.
Día tras día los recuerdos permean su mente no solo cuando está despierta, sino por las noches cuando duerme: 'Sueño con mi niña y la veo jugando alegre, con una sonrisa enorme en el patio de mi casa, como si pudiese tocarla y jugar con ella'.
En muchos momentos la señora Ana se siente sola. 'Le pido fuerzas a ella y siento que me las da, que puedo seguir adelante para poder ver crecer a mis nietos (…) mi hija era una niña alegre, amigable, cariñosa, nunca demostró ser grosera, era apegada con todo el mundo, todavía es la hora y me pregunto cuál fue el motivo por el que esta persona me hizo tanto daño quitándome a mi hija, no sé por qué pasó esto, yo no tengo enemigos y mi niña no se metía con nadie'.
Sin embargo, a pesar de haber dos capturas por el caso, la justicia en nombre de Angie Paola aún no se hace realidad. 'En 2017 me llamaron y me dijeron que cambiaron al juez y al abogado, yo pregunté por él muchas veces pero nunca apareció (…) el caso de mi hija todavía está activo y la última vez que tuve contacto con la Fiscalía fue hace un año y medio, pero no me dijeron nada', mencionó la progenitora.