Jaime* y sus seres queridos vinieron hace un par de años a Barranquilla tras haber sido desplazados por el paramilitarismo en Ocaña, Santander.
Ellos se vieron obligados a vender una propiedad de casi 200 hectáreas, como se dice popularmente, a precio de huevo, para poder salir corriendo de la guerra que le segó la vida a uno de sus integrantes.
Hoy, el hombre, quien es un comerciante del barrio Los Ángeles, suroccidente de Barranquilla, le contó a EL HERALDO el 'martirio' que vive día a día al estar siendo víctima de extorsiones por parte de ‘los Costeños’.
'Soy santandereano (…) a mi papá le tocó ceder la finca cuando comenzaron a matar campesinos. Prácticamente fuimos desalojados de allá, vendimos 192 hectáreas por siete millones de pesos, teníamos ganado, teníamos de todo y llegamos a Barranquilla casi que aguantando hambre. Con el tiempo nos levantamos, pero la extorsión me ha ido acabando', relató.