La semana anterior se llevaron a cabo las dos primeras audiencias preliminares contra Digno José Palomino Rodríguez, el señalado jefe de la organización delictiva ‘los Costeños’ que sorpresivamente fue deportado desde Venezuela luego de permanecer en este país por algo más de tres años, como prófugo, de manera inicial, y luego como detenido.
El capturado permanece en Cúcuta, Norte de Santander, en las instalaciones de la Sijín de la Policía.
Actualmente, Palomino es investigado por la Fiscalía 148 contra Crimen Organizado por homicidio agravado, en concurso de fabricación, tráfico y porte de arma de fuego y municiones; tráfico, fabricación y porte de estupefacientes; concierto para delinquir agravado y uso de menores de edad en la comisión de delitos. Dichos cargos no fueron aceptados por el imputado.
Recordemos que el viernes se inició la solicitud de medida aseguramiento, la última de las audiencias concentradas, pero esta se aplazó para el sábado y luego, por solicitud de sus abogados, se decidió postergar para este martes 6 de septiembre. Este medio conoció que la Fiscalía pidió cárcel para el capturado al juez Penal Municipal Ambulante con Funciones de Control de Garantías BACRIM, quien preside la vista pública, en tanto que la bancada de la defensa argumentó que este no podía ir a un reclusorio debido quebrantos de salud.
Mientras eso se resuelve, hoy salen a la luz unas interceptaciones telefónicas que, en su momento, obtuvieron investigadores de la Dijín integrantes de un grupo élite que se conformó para cerrarle el cerco en 2018 al hombre que junto a Jorge Eliécer Díaz Collazos, alias Castor, eran los más buscados de la ciudad.
Se trata de cuatro grabaciones que hacen parte de un vasto material probatorio de la institución armada y se incluyen en una investigación por el delito de narcotráfico contra la organización criminal ‘los Costeños’.
De acuerdo con la autoridad, entre las rentas ilícitas para el sostenimiento de la estructura, además de extorsiones y microtráfico, sus cabecillas habrían establecido una especie de ‘peaje’ en zona portuaria de Barranquilla supuestamente para contaminar y dejar pasar embarcaciones con droga hacia mar abierto.