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A Willem Kees Sas no se lo tragó la tierra. Al neerlandés lo desaparecieron personas que lo conocían en Barranquilla en la madrugada del sábado 28 de agosto de 2021. A él lo sacaron de la casa que había comprado en el barrio Lucero, en 2020, atado de manos con una sábana, llevaba puesto una camiseta blanca y un bóxer del mismo color, estaba malherido. Lo metieron en su carro, un Ford Fiesta de color gris, y se lo llevaron. ¿A dónde? Nadie sabe.

EL HERALDO conoció en primicia detalles exclusivos del caso del hombre de 49 años, natural de Países Bajos, a quien reportaron como desaparecido el 27 de agosto del año anterior. La historia de lo que le sucedió terminó dando un giro drástico, debido a que inicialmente sus allegados reportaron el hecho solo con el desconocimiento de su paradero; sin embargo, 13 meses después de ello comenzaron a conocer qué había ocurrido con Guillermo, como era conocido en Colombia.

'Eso fue en marzo. Cerraron la cuadra. El Gaula Militar, el CTI de la Fiscalía y la Interpol estuvieron por aquí allanando esa casa'.

Así lo relató una fuente cercana a la investigación, misma que testificó ante las autoridades, y que dialogó con este medio respecto a los últimos momentos en los que Willem fue visto por la calle 51, en dicho sector del suroccidente de la capital del Atlántico. A esta persona la llamaremos Carlos* por seguridad.

'Guillermo venía a mi casa porque le gustaban mucho los jardines, me pedía planticas de las que yo tengo afuera. Él hablaba bien español, de manera fluida. Me contó que venía de Holanda, que su nombre era Willem, pero que le decían Guille. Él cogió esa casita, que por cierto estaba muy acabada, y le invirtió', aseguró el informante.

Y es que, de acuerdo con lo que ya se dijo, el sueño de Kees Sas era ese, radicarse en Barranquilla para invertir en bienes raíces.

'Don Guille le puso de todo a esa vivienda, techo nuevo, piso nuevo, arregló los cuartos, todo', agregó Carlos, asegurando a su vez que 'antes de comprar la casa él se sentaba a tomar cerveza en la esquina y a jugar dominó. Yo lo veía con un muchacho blanco y delgado, y después con uno moreno, incluso ese moreno estaba una vez pintando el lugar (…) yo me le acerqué y le pregunté que quiénes iban a vivir ahí y me dijo que él y el holandés', señaló.

Willem le había contado a Carlos sobre su inversión en Lucero y el barrio Conidec, diciéndole que ahí había adquirido dos edificios, respectivamente, cada uno con seis apartamentos: 'Él me dijo, pero en sí yo no sabía si era verdad porque lo veía era en su carrito y cuando estaba ahí en la casa ni se sentía, pues era muy calmado'.

Eso de no hacerse sentir hizo que sus vecinos llegaran a conocer la mala noticia unas dos semanas después, cuando vieron llegar un camión de mudanza a ese domicilio de fachada blanca, mismo del que descendió quien era la pareja del extranjero, con otros sujetos y comenzaron a trastear.