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'Un acto de amor puede convertirse en repudio en cuestión de segundos'. Abrazar o tomarse de la mano en lugares públicos, visto de manera natural para la cotidianeidad, puede ser el pecado más grande si es realizado por ellos. Así definen una parte de su diario vivir muchas personas pertenecientes a la comunidad LGBTIQ+, que residen no solo en la ciudad de Barranquilla, sino en el área metropolitana, el resto del departamento del Atlántico y la región Caribe.

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Carla Henao, una mujer trans barranquillera, siente que a la población de la ciudad aún les cuesta entender los sentimientos de esta comunidad, quienes también son seres humanos. 'En el área metropolitana de Barranquilla y sus alrededores he sentido que para la población es muy difícil convivir en estos espacios sociales, ya que no contamos con ninguna garantía al momento en el que nos movemos por la ciudad. Cuando voy en un bus siento las miradas, la gente habla, hacen chistes sobre si soy hombre o mujer, por mi apariencia física. Cuando voy caminando por las calles hasta las mujeres se burlan de mí, porque dicen que nunca puedo llegar a ser una de ellas'.

Estas comparaciones pueden perjudicar de manera psicológica a todo aquel que se las haga, pues la moral y el ego se desmoronan cuan juego de parqué en medio de las brisas decembrinas. 'Todo eso termina afectándonos de manera psicológica, podemos llegar a creer que nuestro cuerpo no es apto, que nuestra transición no está bien, esas personas crean inseguridades en nosotros. Todos esos comentarios generan que uno pueda violentarse con uno mismo por querer entrar en los estereotipos de la sociedad', señala la mujer.

Henao señala que tanto ella ha sentido de primera mano lo que se vive en los lugares públicos, simplemente por mostrarse como son: 'En los parques somos objetivos de los vigilantes y hasta de los señores de la tercera edad que no conciben que nosotros vivamos de esta manera, ya que tienen un pensamiento muy arraigado al pasado, es por eso que nos quieren sacar de allí, ya que somos monstruos y abominaciones que van a perturbar la inocencia de los niños'.