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'Estuvimos todo el día juntas, luego por la noche iba a ir a la casa de una amiga, pidió un carro, se despidió y me dijo 'mami, regreso ahorita'… todavía la estoy esperando', es lo último que le viene a la mente a Janeth Márquez, mientras estaba con la mirada un poco perdida, un tapabocas que cubría la mayor parte de su rostro, pero que no escondía para nada los rastros de tristeza y dolor que le dejaron el asesinato de su hija Margarita Gómez Márquez, de 25 años, quien se encontraba embarazada de la pequeña Sarita.