La timidez que mantenía mientras hablaba delante de un periodista desapareció justo en el momento que tenía que dar órdenes a un grupo de policías que se encontraba bajo su mando. Con carácter, entereza y un poco de elegancia, la teniente Vivian Hernández, de 29 años, está afrontando el gran reto de mantener a Galapa como el municipio más seguro del área metropolitana de Barranquilla, tarea que le fue asignada por el general Herbert Benavidez, comandante de la Mebar.
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Más de 50 años de antigüedad tiene la Estación de la Policía de Galapa, desde su fundación en la mítica plaza del municipio hasta ahora que se encuentra en la entrada del barrio Los Carruajes, y la teniente Hernández se convirtió en la primera mujer en ser su comandante.
Nació y se crió en la tierra de Girardot, Cundinamarca, a más de 1.000 kilómetros de distancia de donde se encuentra ahora. Su sueño de convertirse en oficial de la institución armada se forjó desde muy pequeña.
'Mi sueño de ser policía comienza porque desde muy pequeña fui formada en un colegio militar, donde obviamente prima la disciplina, el respeto y el amor hacia las demás personas. Tuve la oportunidad de asistir a una reunión donde hizo parte la Policía Nacional y al ver el uniforme verde oliva me inspiró a portar uno, a querer ser mujer policía, porque veía la belleza de las mujeres, el compromiso, el liderazgo, la potestad que se veía de ser policía, y de ser un orgullo para Colombia', contó, aún un poco nerviosa, a EL HERALDO.
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El machismo no fue algo que la detuviera en ningún momento, pues tiene claro que las mujeres pueden con todo: 'Pude sentir que las mujeres también podemos darlo todo en la institución, y que a pesar de que a veces hay el tema del machismo, las mujeres también tenemos un gran poder en la Policía. No nos igualamos a los hombres en físico, pero sí somos igual que ellos en todo lo demás'.
Su formación como cadete fue en la Escuela General Francisco de Paula Santander en el año 2013, luego se convirtió en subintendente y salió destinada a trabajar en Medellín. Desde allí tomó rumbo a Bogotá, donde tuvo bajo su mando a muchos auxiliares de policía para proteger las ciclorrutas de la capital nacional.
En 2020 fue designada para que se trasladara a Barranquilla, donde según sus propias palabras hace más calor que en su tierra. Su tarea estaría en la Estación de Policía de la Terminal de Transporte en Soledad, cuidando la entrada y salida de ciudadanos en ese concurrido punto del área metropolitana.
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Finalmente recibió la llamada. 'Cuando me indican que tengo que llegar a la Estación de Policía de Galapa a laborar como comandante de la misma quedo agradecida, primeramente con Dios, porque es un nuevo reto para mí. Al principio con miedo, como todo, pero después con un gran orgullo de hacer parte de un municipio al que llego con nuevos retos en cuanto a seguridad ciudadana', manifestó la teniente, quien en el mes de junio será ascendida a capitana, luego de realizar un curso de ascenso.
'Siempre llevo en mi mente y en mi corazón a mis padres, que fueron los forjadores de esta gran mujer. Yo creo que mi ejemplo primordial es mi madre, una guerrera, luchadora, una señora que me ha enseñado a brindarle a la gente lo mejor de nosotros, a pesar de que a veces no nos traten de la mejor manera, siempre me ha dicho ella: hija, dé lo mejor de usted, que usted llegará demasiado lejos', agregó la oficial.
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