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La Policía Metropolitana de Barranquilla y la Seccional Atlántico de la Fiscalía adelantan las investigaciones alrededor del plan criminal con el que supuestamente se pretendía acabar con la vida de Jorge Luis Alfonso López, pero que derivó en las muertes del exparamilitar Edelmiro Anaya González, alias El Chino Anaya, y de un hombre de la seguridad de El Gatico, apodo con el que se conoce al hijo de la fallecida reina del chance Enilce López Romero.

Las autoridades ya tienen en su poder videos de cámaras de seguridad, armas usadas por los criminales, dos automóviles, chaquetas reflectivas de la Dijín falsas, huellas dactilares, elementos con los que se podrían identificar a los autores de este atentado. Pero en el rastreo también han acumulado teorías y datos que serían determinantes para establecer móviles del plan criminal que, según expertos, no tendría antecedentes en la capital del Atlántico. No por el número de víctimas fatales que dejó, ni por la forma cómo se ejecutó, sino por el escenario en el que se desarrolló: un centro asistencial con médicos, enfermeras, empleados administrativos y del servicio, así como pacientes.

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Cabe recordar que una cadena de criminales ingresó a la IPS Mediclínica con armas largas y con prendas reflectivas de la Dijín de la Policía Nacional, al filo del mediodía de este jueves 23 de mayo.

Todo esto sucedió en un lapso de tres minutos, entre 11:23 y 11:26 de la mañana, tiempo que fue registrado por las cámaras de seguridad del centro médico localizado en la carrera 47 con calle 80, en el norte de Barranquilla.

En las imágenes, que luego se difundieron en redes sociales, se logra ver cómo entraron de manera planeada por la entrada principal del lugar unos diez hombres, algunos de aspecto joven, amarraron inicialmente al alguien que parecía ser de vigilancia y siguieron rápidamente hacia el cuarto piso del recinto.

En este punto también fueron captados por el sistema de vigilancia y es allí cuando, en un intento por ubicar la habitación en la que permanecía Jorge Luis Alfonso López, ingresan a una contigua adonde ubican al exparamilitar ‘El Chino’ Anaya, y a Eduar Yesid Montero De la Hoz.

Montero De la Hoz habría tratado de repeler el ataque con una pistola de su propiedad, pero la cantidad de hombres y las armas que estos poseían tuvieron mucho más volumen. Tanto Anaya como el escolta terminaron muertos en la habitación, junto a una camilla.

Entretanto, otros tres escoltas de Alfonso López, alertados por las detonaciones, habrían ocultado en un baño a su protegido y luego se atrincheraron en la entrada de la habitación. Al parecer, los criminales intentaron forzar la puerta. Sin embargo, todos salieron despavoridos ante la supuesta amenaza lanzada —desde el interior del cuarto— del accionar de una granada de fragmentación. Al final, eso resultó, en sentido que se protegió la vida de Alfonso López.

Mientras los falsos detectives comenzaron a bajar las escaleras, uno de ellos le quitó el teléfono celular a José Rafael Villa Villa, un hombre que permanecía en el mismo cuarto piso del centro asistencial y no tenía nada que ver con el episodio. Este recibió un impacto de bala en medio del tiroteo y debió ser trasladado a la Clínica Reina Catalina, cercana al lugar.