Son momentos de angustia y ansiedad los que se encuentran viviendo los familiares de Keiber Alejandro Fernández Carrillo, el menor de 9 años que en la tarde de este viernes 28 de junio, cayó infortunadamente en la canalización de un arroyo que pasa por el barrio Las Malvinas, localidad Suroccidente de Barranquilla.
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Barrios como el Por Fin, 7 de Agosto, La Esmeralda, Las Ceibas, Las Américas, Carrizal, Santa María, La Sierrita, Sourdis, El Bosque y San Luis, son solo algunas de las ramificaciones que atraviesan este afluente. Todas han sido recorridas por familiares y autoridades en búsqueda del pequeño.
Melany De la Ossa le contó a EL HERALDO como fue el momento en el que se enteró del lamentable accidente: “Yo me encontraba en el trabajo cuando mi hermana me llamó para decirme que mi primo se acababa de ir en el arroyo. Minutos antes estaba hablando cosas sobre el niño justamente con la mamá. Había pedido permiso para ir a bañarse y ahí transcurrió todo”.
La familiar contó que al instante llamó a varios compañeros para que pidieran la asistencia de los bomberos, quienes se trasladaron al lugar de los hechos al instante. Sin embargo, “pasado un tiempo se fueron y los dejaron a la espera”. “No tenemos respuesta”, agregó con tono de desesperación.
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“Este es un mensaje para las autoridades, los bomberos y todos los que nos puedan extender su mano para encontrar a mi primo. Esto es un momento muy difícil por el que estamos pasando. Ojalá se pongan la mano en el corazón y nos ayuden”, solicitó la allegada.
De la Ossa explicó que es rara vez que tanto Keiber como su hermano de 11 años salían a bañarse. En esta ocasión, según lo que se puede ver por cámaras de seguridad, estaban jugando fútbol junto con otros muchachos cuando se les fue el balón a un costado resbaloso. Allí fue donde terminó cayendo al afluente.
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Este medio pudo conocer que un habitante de la calle del sector intentó rescatarlo lanzándose a las aguas, pero la fuerte corriente y la gran cantidad de basura se lo evitaron.
“Es un niño demasiado alegre, nunca tuvo un problema. Siempre me pedía comida y todos los días me recibía con un besito”, finalizó Melany entre lágrimas.
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“Todos los vecinos salieron enseguida, pero ya no se veía nada. Eso estaba todo lleno, son cosas que nos dan miedo. Ese arroyo se crece mucho y los niños se exponen cuando salen a bañarse”, afirmó Yosie Reales, una vecina del sector.
Este arroyo es parte de una red de torrentes del suroccidente de la ciudad que están interconectadas y alimentan el arroyo León, incluso conecta a las salida de Barranquilla con un sistema pluvial que llega de Galapa.
