Como si fueran las piezas de un disperso rompecabezas, poco a poco salen a la luz los detalles relacionados con el hecho criminal que se interpuso a la tranquilidad de los pobladores en el barrio El Porvenir, ubicado en el norte de Barranquilla.
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Allí, a eso de las 2:30 de la tarde, un hombre en solitario llegó hasta el establecimiento El Patillazo de la 79, ubicado en la la carrera 43 con calle 79. Sin mediar palabra y a plena luz del sol, este desenfundó un arma de fuego y la disparó en tres ocasiones contra su víctima.
Una testigo del crimen le explicó a EL HERALDO que el criminal alcanzó a caminar varios metros con el arma en mano y que, al cruzar la entrada del punto comercial, le disparó a uno de los hombres allí presentes, pero el arma se le encasquilló en principio.
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Ella huyó de la escena, pues atemorizada, al verlo con el arma en sus manos pensó que el sujeto tendría la intención de hurtar sus pertenencias, pero este le pasó por al lado sin reparar en que ella estaba lista para ser despojada de sus pertenencias.
Pese a que corrió algunos metros, estuvo pendiente. Entonces, segundos después de que el arma se encasquillara, escuchó un total de tres detonaciones. Luego vio al criminal corriendo a toda velocidad. Llegó hasta un vehículo con un solo tripulante y ambos huyeron sin ser vistos.
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El herido, por su parte, salió segundos después con una mano en su hombro sangriento. Allí había dado la bala.
Fue esa la única que alcanzó la humanidad del herido, quien hasta el momento no ha sido identificado por las autoridades.
Sí se supo que, del lugar, fue conducido a la Clínica General del Norte, donde los galenos trabajan para mantenerlo con vida y estable tras lo ocurrido.
Se conoció que un año antes de este ataque, la víctima había recibido un panfleto extorsivo, aunque no se han confirmado las posibles conexiones entre ambos hechos.
